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martes, 30 de enero de 2024

Superar el Ghosting: Cómo hacer un cierre y seguir.

 -“No lo entiendo", - verbalizó - (su mirada reflejaba una mezcla de decepción e ira contenida).“Trabajé con ahínco durante semanas para hacerme entender, él dijo querer leerme y desde entonces, parece no haber hecho el mínimo esfuerzo por intentar entenderme"… (sus palabras reflejaban el dolor que aquella relación había dejado en ella).

 Dejé pasar unos minutos, los suficientes para generar una reflexión, cogí aire y dije: 

- “Ya Mía, pero lamentablemente que tú actúes de la mejor manera que sepas, no implica que la otra persona lo vaya a hacer también, creo...”

- “Me dijo dame unas semanas y NO HE VUELTO A SABER NADA DE ÉL” - (dijo con aún más rabia y cortándome, como acostumbraba a hacer) - “No lo entiendo”, "No lo entiendo", “Parece que no le importe nada”, -repetía en bucle- … (la verdad es que sus rasgos obsesivos, unidos a aquella situación, no ayudaban en ese duelo que ya empezaba a eternizar…)

Volví a coger aire… -“Mía, hemos desviado el foco totalmente, de lo verdaderamente importante, llevamos meses… (volvió a cortarme, fruto tal vez, de su ansiedad... - “así”- me había faltado añadir).

-“¿De qué?” (Dijo como quien de golpe despierta de un fuerte letargo)

- “DE TÍ” 

No sé si fue el tono que ese día empleé, por qué no era la primera vez que teníamos esa misma conversación: calcada, en bucle, igual; quizá llegó el click, pero esta vez: SURGIÓ EFECTO.

Y así fue, como empezamos verdaderamente a trabajar…  A avanzar, a seguir.  


               Ilustración de Comicaína


El caso de Mía no es único, ni peculiar. Las personas como ella (emocionales, sensibles y empáticas) sienten la necesidad de hacer un cierre en sus relaciones, sean del tipo que sean. Necesitan entender las cosas. El problema es que a veces entramos en bucles que no nos dejan avanzar. Sobretodo si la otra persona, en cuestión, desaparece sin más, no está por la labor, le importa bien poco o, ha sufrido un extraño mutismo (selectivo, generalmente).

Últimamente, los medios nos bombardean con términos como: “gosthing” o “responsabilidad afectiva”, parecen neologismos y que por fin hayamos encontrado la explicación para tal comportamiento, pero lo cierto es que esto siempre ha existido.

Llevar el foco al otro intentando entender qué le habrá pasado, es una excusa inconsciente que utiliza tu mente para no ocuparse de lo verdaderamente importante y sobre lo que SÍ tienes un “cierto grado de dominio” y lo pongo entrecomillado por que la realidad es que no dominamos nada… PERO, sí podemos tener algún margen de maniobra en nuestra propia vida, algo a lo que a veces no le hacemos el caso suficiente. Triste, ¿no?

Duele, duele mucho que a una la dejen en la estacada, sin más explicación y con cara de estupefacción, pero cuando Mía, al fin, entendió que llevaba meses en bucle sin avanzar y, que se estaba haciendo un flaco favor, ahí empezó verdaderamente: la terapia.

En este post te voy a hablar de vinculaciones y desvinculaciones, de por qué determinadas personas desparecen sin más, sin mirar atrás (como lema de vida), sin autocrítica y sin cierre de ningún tipo. Del flaco favor que te haces si entras en bucles tóxicos, de la importancia de tu dignidad y amor propio y lo más importante: te daré pautas para que puedas seguir…. Por qué la vida no espera, así que no seas tú la que te quedas a la espera…. ¿Me acompañas?  


De vinculaciones y desvinculaciones:

Dicen que algo se muere en el alma cuando un amigo se va, si a esto le añadimos: decepciones y traiciones, la situación se agrava mucho más.

Cuando alguien “se nos va”, literal o metafóricamente: DUELE. Generándose un vacío de difícil digestión. Las personas hacemos muchas cosas para intentar evitar el dolor, no nos gusta desnudar el alma y exponernos a él. Sin embargo, es absolutamente necesario transitarlo para poder superarlo.

Superar no es olvidar, ni el daño, ni la situación, ni siquiera a la otra persona. Superar es ser capaz de recordar sin que duela, al menos sin que paralice, sin que me quede sin aire, sin ese dolor que parece desgarrarme.

Superar es seguir a pesar de los años y los desengaños.

Superar es hacerse más fuerte y no ser lo que te hicieron.

Y aunque si bien: volverán las oscuras golondrinas como decía Bécquer, la verdad es que lo fue, difícilmente volverá.

A veces, fruto del dolor, buscamos un reemplazo similar, sin entender que lo especial que tuvimos no lo vamos a encontrar y ese, ese es el duelo final. Asumir, que lo que queda es cómo me hicieron sentir y la huella que dejaste y te dejaron.

Los mecanismos por los cuales las personas nos vinculamos y desvinculamos son arduo complejos, no voy a teorizar aquí sobre ello, al menos no hoy, aunque el apego tiene mucho que ver en esto (te hablaré de ello en futuros posts).

Algunas personas parecen desvincularse sin más, como si no hubiéramos supuesto nada, dejándote en el camino cómo quien tira unos zapatos rotos; otros, con ese mismo zapato, necesitan hacer un cierre y agradecer el servicio que les prestó. Ya ves, que distintos podemos llegar a ser...

Veamos un poco por encima estos perfiles que parecen desconectar sin más y por qué.


El que se marcha sin más: perfiles, pseudoperfiles y otras malas hierbas.

 
“Si esperas que el tiempo, sin más, haga su curso, 
si esperas que con el tiempo se me pase, es que no has entendido nada.

El tiempo en algunos casos solo hace que agravar más algunas situaciones.

Las personas deberíamos hablar para que se nos pasara, no cuando se nos pase.

Nos ahorraríamos muchos disgustos si actuáramos así.

Pero explicarle esto a quien no le interesa, es cuanto menos: UNA UTOPIA”


Tres tipos duros de mollera:

-1. El apego evasivo: Como te comentaba anteriormente, el apego es la base de cómo aprendimos a vincularnos y desvincularnos. Las personas con apego evasivo o evitativo huyen del compromiso. Son poco confrontativas. Enseguida se sienten abrumadas al intimar y crean defensas. Ante los conflictos, actúan con silencios y rara vez, acedes a su mundo interior. Suelen tener mayor predisposición a la infidelidad, como boicot inconsciente al vínculo principal y, para preservar su autonomía, pues temen la fusión con el otro.

2. Personas deshonestas, desleales y traicioneras: Hay personas cuyos propósitos vitales son un tanto cuestionables. Personas que: la lealtad, la honestidad y la sinceridad, que no el sincericidio, no forman parte de su repertorio. Actuando por mero egoísmo sin medir las consecuencias, ni el daño de sus actos. Son simple y llanamente: “malas personas”.

3. La tríada oscura: Narcisistas, psicopáticos y otras malas hierbas. Los perfiles narcisistas y psicopáticos no establecen una vinculación real con sus víctimas, simplemente: las utilizan. Cuando han conseguido de ellas lo que querían, las dejan sin más, importándoles bien poco el daño causado, ya que no tienes calidad de sujeto sino de objeto.  

Si has tenido la desgracia de toparte con alguno de estos tres tipos duros de mollera. (en tipo, englobamos toda tipología de “persona”). El cierre, te tengo que adelantar,  que te lo tendrás que hacer tú… No esperes sacar nada en claro de estas personas. Manipulan y utilizan a partes iguales y cuando ya no les haces falta, se van. Sin más.  

La importancia de preservar la dignidad y trabajar en tu amor propio

Ante cualquier relación has de entender que lo más importante eres . Preservar tu dignidad y ponerte en valor, es vital, ya que en función de donde te sitúes, permitirás un trato u otro.

Te aconsejo que por mucho que duela, te vayas siempre de aquellos lugares donde sientas que no te tratan bien. Que no permitas deslealtades, que te sitúes cómo prioridad.  Que el amor, no va de eso. Ni el propio, ni el ajeno.

Para profundizar en esto, te dejo un post anterior de mi perfil de Instagram. Click aquí. 

Trabajar en una misma es el camino más maravilloso para gozar de una excelente paz mental. Tú eres la persona que te acompañará en todo tu camino, así que trátate con amor.

Veamos cómo facilitarte el proceso, cómo seguir pese a todo.

Pautas para hacer un cierre y seguir.

--- Ponte día y hora: Si eres un poco Mía también y tienes facilidad para entrar en bucles obsesivos, te aconsejo que te pongas día y hora para tratar este tema, contigo misma. ¡Sí, sí, como lo lees! Puede sonar extraño, pero cuando estamos en bucle, nos cuesta mucho desconectar y nos acaba afectando a otras esferas de nuestra vida. No se trata de evadir el tema si te sigue doliendo, pero sí de ser justa y dedicarle un tiempito, ni más, ni menos.

Cítate una hora, máximo dos, al día (o la frecuencia que tu estimes oportuna, pero no más de esto) y dedícate a darle vueltas y más vueltas al tema. Ahora eso sí, prométeme que el resto de las horas del día vas a dirigir la atención a otras tareas.  Con el tiempo, los tiempos se irán reduciendo. Te lo prometo.

--- Llóralo y grítalo hasta que ya no te duela: Las cosas que duelen hay que sacarlas fuera, nada de dejarlas dentro. Si necesitas llorar, hazlo y, si es cada día, no pasa nada. Eres tú y son tus emociones, no permitas que nadie te las cuestione.  

--- Sal a caminar, medita, ten contacto con la naturaleza: Se ha demostrado que tener contacto con la naturaleza baja nuestros niveles de cortisol, nuestra hormona de estrés preferida. Caminar dándote unos rayitos de sol y practicar la meditación, te ayuda a conectar con el aquí y el ahora y, a cuidarte. Apps como Calm pueden ser un buen recurso.

--- Busca un arte donde expresarte: Si se te da bien leer, escribir, pintar, cantar, bailar, lo que sea: exprésate, sácalo fuera.  Busca tu catalizador.

--- Busca nuevas rutinas, alicientes y propósitos. Que te den motivación y te inspiren a seguir. 

--- Cuéntalo, explícalo, habla de tu historia: Te ayudará y ayudarás.

--- Créate tu comité de expertos, consejo de sabios y/o tus apoyos incondicionales: En momentos de crisis uno hace balance y ve: quien sí, quien nunca y quien, ya no. Los de verdad, aguantan el chaparrón porque te quieren y entienden tus procesos, por pesada que seas.

--- La silla vacía: Técnica de la Gestalt para aquellas conversaciones pendientes cuando no hemos tenido oportunidad, bien sea porque el otro ha fallecido o porque no quiere saber de nosotros. Un buen ritual para despedirse. Profundiza más sobre este tema aquí:

--- Descondiciona: Vuelve a aquellos lugares con recuerdos y créate nuevos. Conserva uno o dos sitios, si quieres, pero no más.  Una vez tuve una paciente que prácticamente no podía ir a ningún barrio de Barcelona por qué todo le recordaba a él. No te hagas esto.

--- Ríete y da gracias: Por lo que fue, lo que supuso y sobretodo, suelta y deja ir.

Si necesitas gestionar un duelo perverso o una situación que te tiene algo estancada y crees que necesitas ayuda, puedes escribirme. 

Estaré encantada de poder ayudarte: vvivero@copc.cat.



sábado, 8 de octubre de 2016

¿Fuimos las personas correctas en el momento equivocado? Las oportunidades que dejamos escapar


                                                                                                                 " A tí"
                                                                      "Y a lo que habríamos sido de no ser por los dos"

¿Qué os parece el título de mi post? Seguro que en más de una ocasión habéis escuchado esta mítica frase, sea en un contexto u otro. Dejando de lado la vertiente más poética o romántica que le puede acompañar, me interesa adoptar un punto de vista “práctico” de la misma. Si os fijáis, aparece entre interrogación porque justamente, lo primero que despierta en quién lo recibe es duda, acompañado, de esperanza, así como, la sensación de que un ciclo no se ha cerrado del todo. Por no hablar, de la posible “culpa” o  la extraña sensación de “lo que pudo ser y no fue”, sea como sea, no nos ayuda a avanzar… Además, en la mayoría de ocasiones, la persona que hace uso de ello, sólo busca “edulcorar” el amargor ante lo que interpreta como un posible fracaso y/o como excusa para “no quedar mal” ante el miedo a una evaluación negativa por parte del otro.

Yo siempre digo a mis pacientes que "si algo no te hace vibrar significa que no es para ti".

Como sabéis, a lo largo de la vida vamos a tener que tomar decisiones, algunas serán triviales y otras en cambio, pueden determinar nuestras vidas. En este post, hablaremos de las oportunidades y los “fracasos”, de la importancia de tomar decisiones, de por qué a determinados perfiles les cuesta tanto y de estrategias para gestionarlo. ¿Me acompañas?

Aprende a ver cada posible fracaso o derrota como una oportunidad

Henry Ford, decía que el fracaso supone una oportunidad para que empecemos de nuevo pero con más inteligencia. Y así es. En la mayoría de ocasiones, el ser humano aprende por ensayo y error, así que debemos tener muchos intentos fallidos para hallar aquello que verdaderamente nos haga sentir bien y nos defina. La mayoría de ocasiones el problema no radica en el mismo, sino en la interpretación que hacemos de éste. La forma en que interpretemos nuestra realidad será vital para actuar. Por eso es importante que sepamos hacer una lectura adecuada que nos permita aprender de cada fallo y entonces, no será necesario que lo nombremos así.

Qué es una oportunidad

En muchas ocasiones se nos plantean desafíos. Tras la incapacidad para tomar una decisión está el miedo a actuar. Dudar, no es malo, pero permanecer anclado en ello puede tener graves efectos sobre nuestro equilibrio emocional.

Los efectos negativos de no tomar decisiones

Dicen que quien pospone demasiado deja de vivir: Algunas personas se encuentran ancladas en el proceso de duda, aspecto que lleva asociado altos niveles de ansiedad y desesperanza. Existen determinados rasgos de personalidad que  pueden favorecer este estado:

--Baja autoestima y falta de confianza en uno mismo: Ambas alimentan la idea de “poca valía”, la persona no se siente capaz de tomar decisiones por sí misma, anticipando el fracaso y creyéndose “poco apto”.

--Dependencia de las demás y altas necesidades de aprobación: Las personas con necesidad de aprobación externa no son capaces de tomar decisiones por sí mismas, esperando que sean los demás los que lo tomen por ellos, excluyéndose de este modo de responsabilidades, ante la falsa creencia de que así “no defraudarán a nadie”.

--Nivel de exigencia elevado y/o perfeccionismo: Los altos niveles de ambas, paralizan a la persona a la acción quedando inmersas en la búsqueda del ideal que persiguen.

----Tendencia a la evitación: Los estilos evitativos suelen postergar las decisiones, esperando que la vida los tome por ellos.

--Desconexión emocional del organismo vs emoción: Las personas que viven desconectadas de su cuerpo y no se permiten escucharlo, presentan problemas emocionales y resultan más dubitativas.

--Baja tolerancia a la frustración: Ser capaces de tolerar la derrota es de vital importancia para madurar y saber encajar las decisiones con serenidad. Aprender a identificar la estrategia que juega nuestra mente para incapacitarnos será de vital importancia para poder hacer frente a todo y aprender a actuar.
Veamos cómo podemos tomar decisiones de forma adaptativa.

Estrategias para gestionar la duda y la toma de decisiones

Siempre que tomamos una decisión debemos comprender que implica perder una alternativa.  En función del grado de compromiso que implique la decisión a tomar,  nos costará más llevarla a cabo. Algunas de las estrategias para tomar decisiones de forma eficaz serian:

-Identifica el miedo que hay detrás: ser capaces de identificar el miedo que nos paraliza es un primer paso para tomar consciencia y poder enfrentarlo.

- Identifica tu propósito: Si tenemos claro nuestro propósito, tal vez, sea más fácil encontrar el motor que nos impulse a la acción y nos saque del estancamiento.

-Haz un listado de pros y contras considerando las implicaciones de cada opción: ser capaces de analizar de forma exhaustiva las probabilidades, las ventajas y desventajas de cada decisión, nos ayudará a tomar mayor conciencia de la misma y actuar desde la sensatez.

-Conecta con tu emoción. Pese a lo expuesto en el punto anterior es importante entender que un exceso de racionalización es malo, debemos ser capaces también de conectar con nuestra emoción y sus necesidades.

-Ten valor: Es importante adquirirlo para poderte enfrentar con eficacia a las distintas situaciones vitales.

-- Entiende que forma parte del proceso de madurez: Aprender a tomar decisiones y hacerse responsable de ellas, forma parte del proceso de crecimiento y aprendizaje vital.

Si tienes dudas o consultas puedes escribirme a presbiciaemocional@gmail.com



lunes, 18 de julio de 2016

¿Te olvidarás de mí?






“Qué cosas…
No fui capaz de amarte
y ahora, no consigo olvidarte”


 “Entonces, ¿usted cree que se olvidará de mí? (preguntó con ojos vidriosos¨) -¡Por supuesto que no!- le respondí- y por paradójico que resulte, aquella pregunta, me hizo recordar… Cuando era pequeña siempre me preguntaba si resultaría lo suficientemente interesante para que alguien me recordara (lo sé, la autoestima nunca fue uno de mis fuertes) Con los años, aprendes que no es la calidad del encuentro lo que determina el recuerdo, sino el significado otorgado al mismo.  

En este post vamos a hablar del olvido, de qué ocurre con el paso del tiempo, ¿realmente olvidamos? y si es así, ¿qué exactamente?  Nos centraremos sobretodo en aquellas  experiencias que pueden resultar decepcionantes, hablaremos de la importancia de perdonar y perdonarse como base de aprendizaje vital y equilibrio psíquico, aspectos de gran relevancia para nuestro bienestar emocional. ¿Me acompañas?


El olvido

“Y vas echando de más, lo que un día echaste de menos”


Se habla mucho acerca del olvido, se escribe, se cuestiona… En general, tendemos a asociarlo con algo negativo, con pérdida, con duelo, pero ¿realmente olvidamos? Y sí es así, ¿qué exactamente?   

A lo largo de la vida nos vamos a ver expuestos a innumerables vivencias, algunas nos producirán dolor y/o decepción, pretender evitarlas es exponerse doblemente a ellas, la mayoría de ocasiones estarán causadas porque alguien nos traiciona, no logramos un propósito, perdemos a alguien significativo, una etapa se cierra, o un sinfín de situaciones que pueden dar lugar a ello. La intensidad en la vivencia de la misma, dependerá de nuestro nivel de expectativas previo. Pretender olvidar, como medio de evadir el dolor es exponerse a revivirlo nuevamente. La clave no está en olvidar determinados hechos, sucesos o personas, la clave está, en recordar sin que duela y,  para ello, necesitamos tiempo.

Aunque, si bien es cierto, que con el tiempo, determinados  sucesos y/o hechos que no hayan supuesto una gran relevancia pueden “olvidarse”, lo que algo o alguien nos hizo sentir, eso, no se olvida. La emoción que despertaron determinados hechos, sucesos, o personas, permanecen grabados en nosotros, con independencia de que esa emoción fuera positiva o negativa. Por tanto, no es el hecho, ni la persona, sino el significado que nosotros le hayamos dado, lo que hará que permanezca de forma más nítida en nuestra memoria.

El tiempo es necesario porque nos ayuda a asimilar la situación. No es que el recuerdo pierda fuerza es que el daño que nos produjo el mismo, con el tiempo, se atenúa, cuestión de supervivencia, tal vez. Recordar sin que duela, como bien dijimos anteriormente, me hará tomar una perspectiva diferente de las cosas y analizar con mayor objetividad.   Si soy capaz de recordar lo que algo o alguien me hizo sentir, tanto si fue una emoción positiva como negativa, y entendí la situación,  en un momento posterior similar, dispondré de más recursos para saber enfrentarme a esta vivencia, lograr esto, es crecer.

Es importante que ante cualquier situación de nuestra vida, por adversa que parezca, sepamos extraer la lectura positiva. No debemos tomar el rol de meros observadores pasivos de nuestra trayectoria, nosotros somos sujetos activos de nuestra vida y en base a nuestros actos, configuramos nuestro camino. Y para poder avanzar, debemos aprender a perdonar y a perdonarnos. Hablemos pues de ello.


La importancia de perdonar y perdonarse

“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.
Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno,
con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo. “


Perdonar, para muchos, no resulta una tarea sencilla, implica cierto grado de madurez y comprensión. Debemos ser capaces de empatizar con el que nos hizo el daño, entender que le llevó a ello y también a nosotros mismos a actuar de una determinada manera. A veces, por más que queramos, no lograremos comprender, en estos casos, es necesario entender que viviremos situaciones que no son justas y punto. Y por injusto que parezca, debemos ser capaces de dejarlo ir, el enfado sólo genera dolor.  Aprender a perdonar, implica soltar un lastre, liberarse del rencor, del odio, del sentimiento de venganza, que lamentablemente, sólo generan toxicidad en quien los sufre. Debemos redirigir esa energía en encontrarnos bien, dirigir nuestro foco atencional en nuestro proceso de recuperación. Debemos continuar avanzando.

Continuar pese a todo

Es conveniente, tener presente que aunque algunas vivencias no serán agradables, si logramos extraer la lectura positiva, pese a todo, podremos aprender  y actuar en consecuencia.

--Centrarnos en nuestro ahora, vivir el presente. Muchas personas utilizan el enfado y /o rencor para vivir anclados en el pasado y no se dan el permiso de continuar. Si ese es tu caso, entiende que tienes derecho a seguir con tu vida, a ser feliz.

--Fórjate nuevas metas y objetivos. Las personas estamos en constante reinvención, crecimiento, expansión, dirige tu atención hacia nuevos propósitos. Ellos serán el motor que te impulsen a la acción y te permitan continuar.

Si con todas, te encuentras anclado en el dolor y no sabes cómo gestionar esta situación puedes contactar conmigo en presbiciaemocional@gmail.com


lunes, 13 de julio de 2015

Slow Sex


“El arte de tomárselo con calma”

 
 
Las prisas, el estrés, nuestro ritmo de vida actual, en ocasiones frenético, hace que queramos las cosas “aquí y ahora”, lo más rápido posible, que busquemos la inmediatez, que asociemos rapidez con eficiencia y aunque, tal vez esto, en el mundo laboral nos dé unos resultados, extrapolado al terreno sexual convierte nuestras relaciones en, no todo lo placenteras que podrían llegar a ser.
Los datos hablan por sí solos, le dedicamos poco espacio al placer. De acuerdo con un Informe publicado en 2012 por Durex sobre Bienestar Sexual, reflejaba que los españoles invertimos tan sólo 15,2 minutos en las relaciones sexuales. Este dato, nos sitúa entre los más rápidos a escala mundial, ya que la media se sitúa entorno a los 19.2 minutos en contraposición a países como Hong Kong con una media de 29,4 minutos y Brasil con 27.2 minutos.
Factores como el estrés, los ritmos de vida, la aparición de las redes sociales y el tiempo que le invertimos favorecen esta tendencia.
En este artículo hablaremos sobre una filosofía distinta, trataremos el tema del “slow sex”, veremos en qué consiste,  cuales son los beneficios de practicarla y daremos algunos consejos para parejas que se inician en ello. ¿Me acompañas?
¿Qué es el Slow Sex?
El término “slow” literalmente significa lento. Es un concepto que aboga por reducir el ritmo, disfrutar del camino y otorgar primacía a la calidad antes que a la cantidad. Surge en contraposición al “aquí te pillo aquí te mato” y aunque en un principio podamos asociarlo con el sexo tántrico, lo cierto es que nada tiene que ver.  Para practicar Slow Sex, no es necesario tener unos conocimientos previos, basta con tener predisposición y motivación para ello. Veamos en qué consiste exactamente.
La técnica
A veces nos creamos tanta presión con respecto al sexo que nos olvidamos de su esencia, haciendo que pierda naturalidad. Sexo no es obligación, es una actividad placentera que hacemos porque queremos. 
Nuestra cultura suele idealizar el sexo rápido en pos de la pasión y lo cierto es que esta no tiene porque desaparecer porque el ritmo sea más lento. El orgasmo no es la meta se trata de disfrutar del camino. Tiempo y dedicación serán algunos de los principios básicos de esta técnica.
Pero... ¿Por dónde empiezo? Se cuestiona uno cuando empieza a leer sobre esto. Veamos algunos de los principios básicos para hacer de nuestro encuentro lo más satisfactorio posible.
1.       Céntrate en  tu cuerpo y en lo que va sintiendo: vivimos tan desconectados del cuerpo que a veces resulta complejo este ejercicio, sin embargo se trata de conectar con tu esencia, de escucharte. Es importante centrarse en las caricias, en los besos. Conocer cómo responde mi cuerpo a la estimulación. En contraposición al genitalismo imperante.  

2.       Crea un escenario: El sexo antes de hacerse tiene que hablarse. Es importante crear un escenario. Saber que nos gusta y qué le gusta a mi pareja. La comunicación es un pilar básico en toda relación. Aboguemos por erotizar nuestra psique, cada vez somos más los que reconocemos nuestra sapiosexualidad, nos pone lo intelectual. Potenciemos esta esfera.

3.     Uso de lencería sexy: Los juegos en pareja son súper necesarios. Uno de ellos es el uso de lencería sexy, sobretodo en el caso de la mujer, le puede ayudar a sentirse más guapa y potenciar su feminidad.

 
 4. Uso de juguetes: Actualmente en el mercado tenemos una gran variedad de juguetería erótica para todo tipo de gustos, probar con ello puede ser una experiencia muy gratificante.  El uso de geles y lubricantes, sobretodo los de efecto frio calor suelen tener una buena respuesta por parte de los amantes.
 
5.  Cambiar posturas sexuales y variar ritmos, alargan el proceso y potencian el disfrute.
 
6. Técnica de la parada y arranque: Cuando estamos cerca del momento es importante parar y luego seguir con otro ritmo tal vez más lento con de fin de alargar el momento..
 
Beneficios de practicar Slow sex
--Refuerzas vínculo con tu pareja ya que durante el sexo liberamos Oxcitocina, hormona relacionada con la vinculación y endorfinas,  analgésico natural que nos da sensación de relajación.
--Mejora circulación sanguínea, sobretodo la del área genital
--Mayor oxigenación de los órganos.
 
Esta práctica concede un beneficio adicional a la mujer.Ya que en nosotras existen dos tipos de deseo. Un deseo denominado de fase 1, o preexcitatorio, que se da en el periodo periovulatorio, cuando más revolucionadas están nuestras hormonas y nos permite tener una excitabilidad rápida y alcanzar el orgasmo con poco tiempo de estimulación. Y el deseo fase 2, o postexcitatorio, que es el más frecuente en parejas que llevan un tiempo juntas o en mujeres postmenopáusicas que se excitan partiendo de un estado neutro tras una larga estimulación. Cuando la mujer se encuentra en esta fase, no puede disfrutar del sexo rápido y de ahí la ventaja y necesidad del sexo lento.
 
Conclusión
Con la llegada del verano, las tan deseadas vacaciones es el momento propicio para iniciarse en estas dotes amatorios... Y tú ¿te atreves con el Slow sex?

miércoles, 29 de abril de 2015

Los celos en la pareja


 
 
Tendemos a tildar de “negativas” determinadas emociones que se encuentran asociadas a sentimientos desagradables. Esto es lo que ocurre con el caso de los celos. Es importante entender, que se trata de un sentimiento natural que aflora ante la percepción de amenaza hacia el vínculo creado. Es decir, detectamos un posible intruso y nos ponemos alerta.
Los celos, en sí, son un sentimiento natural y humano que están íntimamente relacionados con el proceso de amar. El problema, no es tanto el sentirlo como la intensidad de los mismos y las consecuencias tan desagradables que puede acarrear, resultando, en muchas ocasiones, contraproducente para la estabilidad del vínculo.
En este post hablaremos de los celos dentro de la pareja, hablaremos del porqué se dan, de sus orígenes, de las diferencias en cuanto a manifestación con respecto a ambos sexos, de los celos patológicos y de cómo trabajarlos. ¿Me acompañas?

Los celos: De sus orígenes al porqué
En las relaciones de tipo romántico y sobretodo en los estadios iniciales de enamoramiento cuando nuestros sentimientos se encuentran “más a flor de piel” estamos algo más susceptibles a la amenaza de los celos. Sentir celos, como ya comentamos al inicio del post, forma parte del proceso natural de amar al otro. Sin embargo, llevado a un extremo puede ser altamente perjudicial, aspecto que trataremos más adelante.
En los estadios iniciales de nuestro desarrollo, cuando aún somos bebés, nuestra única fuente de estabilidad y seguridad provienen del vínculo materno. El tipo de apego que hacemos con nuestro cuidador principal va a ser altamente significativo en nuestra evolución posterior. Si este vínculo es seguro y estable el niño interiorizará que el mundo es un lugar apto para vivir, sin embargo, si esto no ocurre así, el mensaje que interiorizará el pequeño será que el mundo es un lugar hostil y debe aprender a defenderse. Si la base de personalidad no es segura, en estadios posteriores es más fácil que afloren dolencias como ansiedad, depresión o desesperanza. Sin embargo, culpar al pasado es una actitud un tanto externalista y lo coloca a uno a merced de los demás.
Como Psicóloga que apuesta por el proceso de cambio activo, creo que las vivencias determinan pero no deberían condicionar y que uno, debe colocarse como agente activo de su cambio con motivación y espíritu de lucha. Sentir dolor no le hace a uno menos débil, reconocerlo y decidir trabajar sobre aquello que nos perjudica nos engrandece y ayuda a perfeccionarnos.

¿Existen diferencias de género en cuanto a la manifestación de los celos?
Lo cierto es que las recientes investigaciones no parecen hallar diferencias significativas en cuanto al hecho de sentir celos, es decir, se da por igual en ambos sexos. Sin embargo, lo que si varía es el motivo subyacente, mientras en el caso de ellos suelen sufrir más, ante una posible  infidelidad de tipo sexual, nosotras tememos a la de tipo emocional. No soportamos la idea de que haya podido enamorarse de otra persona. Sea por un motivo u otro, lo cierto, es que tanto hombres como mujeres no estamos inmunes al hecho de sentirlo.
Veamos ahora que ocurre cuando estos se apoderan de nosotros.  

Cuando los celos se apoderan de ti: La espiral del celoso
Amar y tener miedo a perder el amor del otro es algo natural y hasta cierto punto positivo, pues favorece que se refuercen los lazos al promover que la persona se esfuerce más por no perder al sujeto amado. Lo importante para no enloquecer es que estos celos sean controlados. Para ello es importante valorar, en el momento que afloran, si esa posible “intrusión” es real o imaginada.
Los celos llevados a un extremo son un sentimiento tóxico que producen degaste y sufrimiento pudiendo llegar a ser paranoides y delirantes y resultando no únicamente  desagradable  para el que lo sufre sino también para el otro miembro de la pareja, dado que percibe que la confianza, pilar básico de cualquier relación,  se halla mermada.
El amor y la relación de pareja se basan, principalmente en el respeto y admiración mutuos.  Una excesiva preocupación suele implicar una necesidad de control que estaría más relacionada con la posesión que con el amor. Cuando los celos son enfermizos, la persona celosa exige y demanda cada vez más del otro. El miedo a perder su amor y su favor comienza a ser un pensamiento obsesivo y continuo, su vida gira únicamente en torno a esta temática, no siendo extraño el hecho de perder otras esferas de su vida, trabajo o amigos.  El celado siente que la relación se vuelve asfixiante y se siente agobiado y vigilado, pudiendo llegar incluso al hastió.
Hay determinadas personalidades de base más insegura que son proclives a verse contaminado por todo esto. La falta de confianza mina la autoestima, es fuente de frustración continua y, literalmente, se convierte en un "sin vivir. Es importante no dejarse envenenar por todo esto. Veamos algunos aspectos que podemos trabajar.

Aspectos a trabajar
-- Trabajar la autoestima y la seguridad en uno mismo, conforma la base para cualquier relación sana tanto con uno mismo como con los demás.
Si te sientes víctima de los celos es importante que entiendas lo siguiente:
-- Tu pareja te ama y te elige. Si no fuera así, no estaría a tu lado. Si alguna vez esto cambiase, no podrás hacer nada para retenerla. El amor no es sinónimo de posesión.
--Todos somos celosos hasta cierto punto  pero no debes permitir que se apoderen de ti.
--Jamás dejes de hacer cosas que te gustan por los celos de tu pareja.
--NO conviertas la presunción en certeza.
--Confía en tu intuición pero no te hagas esclavo de ella.
--Evita pensamientos tóxicos.
--Acepta que eres digno de ser amado.
Si sientes que los celos se apoderan de ti y no te encuentras con los recursos adecuados para salir adelante, tal vez, deberías plantearte la opción de acudir a un especialista, en ese caso y si así lo decides, estaré encantada de poder ayudarte. presbiciaemocional@gmail.com

 

 

martes, 7 de abril de 2015

Tras la ruptura



Dicen, que el tiempo todo lo cura, que un día, no se sabe cómo ni por qué, de repente deja de doler, que aquella profunda herida que tanto nos dolía apenas es ahora una leve cicatriz. Y lo cierto, es que la vida continúa y  uno, vuelve a sonreír, se vuelve a enamorar y vuelve a sentir. Sin embargo, tras una experiencia dolorosa, cambiamos, crecemos, maduramos, aprendemos y, para bien o para mal, uno ya no vuelve a ser el mismo.
Hoy, hablamos del lado amargo del amor, del precio que nadie quiere pagar cuando decide amar, de mal sabor que nos deja el desamor. Hablaremos de la ruptura, de qué ocurre a nivel emocional tras una vivencia así, del duelo y sus fases, de los aspectos a trabajar en sesión y de cómo encajar todo esto. ¿Me acompañas?

La ruptura

La ruptura sentimental está considerada unos de los factores más estresantes y de cambio, a los que ha de enfrentarse una persona a lo largo de su vida. La mayoría de estados disfuncionales, como la depresión o la ansiedad, están vinculados a una experiencia de este tipo.  El dolor que sentimos tras una vivencia así, nada tiene que ver, en contra de la creencia popular, con el número de años que hemos compartido con esa persona. El dolor es algo muy subjetivo y depende, entre otros muchos factores, de aspectos como:

-- Nivel de enamoramiento: Dependiendo del estadio de enamoramiento en el que nos encontramos cuando se produce la ruptura, será mucho más doloroso encajar una vivencia de este tipo.

--- Expectativas: El nivel de expectativas que teníamos forjado con respecto a la relación también es un indicativo del nivel de malestar tras un ruptura y del pronóstico del mismo.

-- Nivel de madurez: Con los años aprendemos a despedirnos, o eso dicen… Lo cierto es que a medida que avanzamos en edad, se deduce, que hemos tenido mayor oportunidad de vivir la pérdida y estamos algo más acostumbrados a ello, lo que puede hacer, que tras una ruptura tengamos más recursos para sobrellevarla.

-- Proyecto de vida: Tener un proyecto de vida en común con esa persona va a hacer que sea más difícil de encajar el que ya no contamos con ella. Por contra, si simplemente era una relación en un estadio inicial donde aún no se habían definido los objetivos a largo plazo será más sencillo encajarlo por muy enamorados que nos encontremos.

-- Vínculos: A mayor nivel de vinculación más largo y doloroso, en un principio, será el proceso y aquí estaría incluido si tenemos hijos con esta persona y, sobretodo, si estos son pequeños, puesto que aquí, se añade además el “hándicap” de que tenemos que seguir viendo a esta persona, queramos o no.

Como vemos, las formas de encajarlo van a variar mucho dependiendo de nuestras circunstancias personales y también de nuestra base de personalidad. Hablemos ahora de qué hacer con todo esto.

¿Cómo encajamos todo esto? El Duelo

La ruptura sentimental no deja de ser una pérdida, un cambio en nuestra vida, que, queramos o no, tenemos que intentar encajar. Entramos en un proceso que en Psicología conocemos con el nombre de duelo, duelo, implica cambio sea de tipo amoroso, laboral, por muerte etc.

El duelo es un proceso muy variable, pero en términos generales podríamos decir que dura un total de dos años como máximo. Durante este proceso, pasamos por una serie de fases, que ahora especificaremos, pero antes de nada, puntualizar dos aspectos importantes: el primero, es que no es lo mismo dejar que ser dejado, en el primer caso, la persona ha tenido tiempo para madurar su decisión y está algo más preparada, aún y así, ambos pasarán por este proceso de duelo. Y en segundo lugar, señalar que durante todo el proceso es normal sentir cierta ambivalencia afectiva, que en determinados momentos podamos sentirnos tristes y en otros alegres, o que seamos algo más volubles de lo habitual. Veamos ahora las  fases del duelo.
Fases del duelo

Tras una pérdida,  y el shock inicial entramos en fase de negación, la negación es el mecanismo defensivo por excelencia de ser humano, cuando algo nos duele mucho, siempre es más fácil negarlo que enfrentarse a ello, por eso, es habitual que aparezca en un primer estadio donde aún hemos de procesar todo esto. Tras la fase de negación, entramos en la fase de  rabia, estamos molestos, no podemos creer lo que ha ocurrido, nos sentimos irritables y son habituales los estallidos de ira y las malas contestaciones. Afortunadamente, esto no dura siempre y entramos en una tercera fase conocida como la fase de negociación, aquí, decidimos ser algo mas inteligentes y destinar toda esa energía en vez de a enfadarnos a  intentar negociar la situación, “tal vez haya algo que podamos hacer” nos decimos y buscamos alternativas, posibles soluciones con tal de no aceptar la situación. Tras ver que nuestros esfuerzos son en vano, nos frustramos, pero esta vez, no es enfado lo que aparece sino tristeza, estamos  agotados, cansados de luchar y decaer es nuestra respuesta. Finalmente, tras un periodo de tristeza decidimos seguir adelante, aceptar y asumir lo ocurrido y es cuando decidimos dejar atrás y “superamos” la pérdida.

Aspectos a trabajar en sesión

Es importante cuando entramos en un proceso así, que uno se  permita la licencia de encontrarse mal si quiere, de tener momentos de soledad y de llorar ese vacío.
Por otro lado, hemos de procurar compensar esos momentos de soledad con momentos sociales. El grado de apoyo social que tiene una persona es un indicativo del tiempo que tardará en recuperarse de un estado doloroso. Es importante contar con una red de apoyo como amigos, compañeros, familia…
Por otro lado, es un momento de cambio de poder reestructurar nuestro tiempo libre. De dedicarnos tiempo a nosotros, de cuidarnos, de apuntarnos a alguna actividad nueva de ampliar nuestro círculo.

Salir reforzado de un duelo con una lectura positiva favorece nuestro aprendizaje y crecimiento.

Cuando te quedas anclado en el dolor

Si transcurrido un tiempo sientes que no avanzas, que estás anclado en el dolor y el recuerdo, si no te encuentras con las herramientas necesarias para hacer frente a tu vida, tal vez, deberías plantearte la opción de acudir a un profesional. En ese caso, estaré encantada si lo crees oportuno de poder ayudarte: presbiciaemocional@gmail.com

miércoles, 1 de abril de 2015

¿Por qué somos infieles?


 


La infidelidad

Los datos nos muestran que uno de cada tres españoles ha sido o será infiel al menos una vez en la vida, a pesar de las consecuencias desagradables que produce una infidelidad y pese a ser conocedores de ella, es un aspecto que se encuentra bastante presente en nuestras vidas.

La infidelidad, supone la ruptura de uno de los acuerdos básicos en una relación monogámica. Vivirlo, por tanto, es una experiencia altamente desagradable, en especial, para el que la sufre. La confianza sobre la que debe cimentarse una relación de pareja sólida se ve debilitada y aspectos, como la autoestima, la integridad y el estado de ánimo, resultan alterados tras una experiencia de este tipo.

Como terapeuta de pareja, parte de las demandas que recibo responden a esta problemática y, aunque si bien es cierto, que el pronóstico suele ser algo desfavorable, dada la complejidad del caso, con empeño y dedicación puede incluso salir reforzado el vínculo.

En este post hablaremos sobre infidelidades, ¿Existen diferentes tipos de infidelidad?, ¿Qué factores llevan a que una pareja cometa una infidelidad?, ¿Hay un perfil determinado de persona infiel?, ¿Qué aspectos se trabajan en terapia de pareja?
¿Me acompañas?


Factores que llevan a cometer una infidelidad

Muchas veces tendemos a pensar que si un miembro de la pareja es infiel, es porque ha dejado de querer al otro. Sin embargo, son muchos los factores por los cuales una persona puede llevar a cabo una infidelidad. Veamos algunos de los más comunes.

1. Insatisfacción: podríamos decir que todas las infidelidades, sean del tipo que sean, responden a un sentimiento de insatisfacción, ya sea vital, sexual, circunstancial, puntual o de toda a vida.

Tendemos a pensar que es un problema de dos y, a veces, es tan sólo un aspecto a trabajar con uno mismo. Dentro de este grupo encontraríamos por un lado, aquellas personas  que sienten vacío interior: se trataría de esas personas que anímicamente no se encuentran bien y “utilizan” la relación con un tercero como mecanismo para no enfrentarse de forma directa a su malestar. A diferencia del segundo caso, responderían a un aspecto emocional y suele ser puntual. En segundo lugar, tendríamos ese grupo de personas que tienen la necesidad de un aliciente: se trataría de aquellas personas que responden más fácilmente a un perfil adictivo. Son sujetos con necesidad de cambio constante, extrovertidos, arriesgados e impulsivos, que no saben demorar la recompensa y les motiva el “subidón” de adrenalina que supone una infidelidad. Mientras en el primer caso seria en base a un aspecto emocional puntual aquí tendríamos un aspecto de personalidad de base y ambos responderían a un sentimiento generalizado de insatisfacción.
 
2. Relación sexual deficitaria: Cuando no estamos satisfechos con el sexo que tenemos con nuestra pareja. Tal vez porque no lo hacemos con la frecuencia que deseamos, o el tipo de prácticas que queremos es posible que se lleve a cabo una infidelidad. La esfera sexual es un aspecto muy importante dentro de una relación de pareja pero no lo es todo.

3. Mala comunicación en la pareja: La comunicación en la pareja es vital. Debemos poder confiar en el otro, comunicarle lo que nos gusta, lo que no, en que aspectos nos encontramos satisfechos y en cuales no. Poder tener la libertad de hablar las cosas con tu pareja sin tapujos de ningún tipo es un aspecto muy importante para sentirse realizado.

4. Etapa de cambio: En la vida pasamos constantemente por etapas. Hay personas que tienen mayor facilidad para el cambio y a otras les cuesta más encajarlo. Generalmente aquellos que viven con mayor estrés los momentos de cambio, aunque este no tiene porque ser un cambio negativo, les puede llevar a cometer una infidelidad.

5. Herida narcisista: Las ideaciones de venganza propias de una herida narcisista, el otro me ha hecho daño. Hacen que determinados sujetos busquen solventar este dolor por medio de la traición al otro con motivo de curar el daño e alimentar su ego.


Tipos de infidelidad (sexual vs emocional)

Podríamos clasificar las infidelidades en dos tipos. La primera seria la de tipo sexual y aquí tenemos dos grupos. En primer lugar, encontramos el típico “desliz” que respondería a un episodio aislado y puntual, basado en un mero encuentro sexual y en segundo lugar, las relaciones mantenidas en el tiempo, el típico “amante” donde la vinculación es únicamente sexual.
Un segundo tipo serían las infidelidades de tipo emocional. Es decir cuando además existe un vinculo de tipo afectivo- amoroso. En estos casos encontramos una diferencia importante con respecto a ambos sexos. Aunque si bien es cierto que tanto hombre como mujeres comenten infidelidades por igual, en contra de la creencia popular. Las de tipo emocional suelen ser más características en la mujer.

Perfil del infiel

No existe un perfil definido de persona infiel. Todos en cualquier momento nos podemos encontrar cometiendo una infidelidad. Aunque si es cierto que determinados rasgos de personalidad como pueden ser los típicos buscadores de novedad podrían tener mayor facilidad para ello debido, en parte, a su incapacidad de control de los impulsos.

Aspectos a trabajar en sesión

Trabajar en terapia de pareja aspectos como la infidelidad no es tarea fácil, debido en parte al nivel de afectación y dolor que produce en ambos miembros.
A rasgos generales el trabajo a realizar giraría en torno a que ambos puedan exponer y entender que les ha llevado a esa situación, en especial que el principal afectado comprenda esto.
Además debido al deterioro que ocasiona una vivencia así se hace necesario hacer un trabajo importante en la autoestima.
A nivel de pareja además se les da pautas para la mejora de comunicación entre ellos con el objetivo también de incrementar y /o recuperar la confianza en el otro.
Con todo, no es un trabajo ni mucho menos fácil, pero no es imposible.

jueves, 15 de enero de 2015

¿Qué sucede cuando nos enamoramos?


 
 

“Lo más grande que puede ocurrirte es que ames y seas correspondido”


El tema del amor nos ha acompañado a lo largo de la historia resultando fuente de inspiración para muchos de nosotros. Cantamos, escribimos, suspiramos, sufrimos, matamos e incluso morimos por amor… Pero ¿es el amor una fuerza tan poderosa?, ¿Sabemos qué ocurre cuando nos enamoramos?, ¿Qué significa estar enamorado?, ¿Es el amor un sentimiento universal o cambia según la cultura?, ¿Qué papel juega en todo esto nuestro cerebro?, ¿Qué hormonas intervienen en el proceso de enamoramiento?, ¿Es lo mismo amar que estar enamorado?

En este artículo se abordarán algunas de estas cuestiones.


Enamorarse

Estar enamorado es una experiencia única y maravillosa, siempre y cuando, sea correspondido.

El enamoramiento es un estado que se suele dar al inicio de una relación amorosa. Se caracteriza, por un fuerte sentimiento de atracción hacia la otra persona, un proceso de idealización y magnificación del otro, al cual, percibimos como ser único e insustituible y una actitud de compromiso caracterizada por la unión, la entrega y la fusión con el otro, todo esto, acompañado de una fuerte sensación de euforia y bienestar.

Durante el enamoramiento se producen una serie de alteraciones en nuestro organismo a diversos niveles. Por ejemplo: a nivel cognitivo encontramos que nuestra percepción se ve alterada, se exacerba nuestra sensibilidad y son frecuentes los pensamientos  obsesivos en torno el objeto amado. A nivel fisiológico, se producen taquicardias, palpitaciones, incremento del ritmo respiratorio y aumento de nuestra presión sanguínea, entre otros.

Los expertos señalan que los primeros  6-9 meses es cuando esta sintomatología se ve más acusada llegando a durar como máximo, todo este proceso, unos 2 años aproximadamente.

Veamos ahora que ocurre a nivel cerebral…

 
La química del amor: hormonas y áreas implicadas

Durante la fase de enamoramiento se van a ver implicadas determinadas áreas cerebrales y hormonas que van a tener un papel fundamental en todo esto.

El circuito del placer o circuito de recompensa (CR) desempeña un papel clave. Se trata de un circuito cerebral, compuesto entre otros,  por la amígdala, más conocida como el “cerebro emocional” y el área tegmental ventral, entre otros. Este circuito es compartido con la gran mayoría de los animales, y está formado por un complejo entramado de vías nerviosas cuyo neurotransmisor fundamental es la dopamina.

El incremento de los niveles de dopamina en determinadas áreas del cerebro, ocasiona efectos euforizantes o de refuerzo positivo lo que conlleva una intensificación en la sensación de placer y hace que el sujeto tienda a volver a repetir la conducta. Es decir, en presencia del objeto amado, liberamos dopamina activando nuestro CR y provocando que queramos repetir.

Además de la dopamina hay otras hormonas que también tienen un papel importante en el enamoramiento como seria: las endorfinas, analgésico natural que se encarga de producirnos sensación de relajación y bienestar en compañía del sujeto amado, la serotonina que disminuye durante el estadio inicial de enamoramiento  provocando que aumenten los pensamientos obsesivos entorno al enamorado, la testosterona que se ve igualada en ambos sexos, mientras en el estadio inicial de enamoramiento en el hombre disminuye, en la mujer aumenta, lo que provoca que ambos tengan más ganas de relacionarse sexualmente que en posteriores épocas de la relación, o la oxcitocina liberada principalmente durante el orgasmo que favorece la creación de vínculos afectivos.

Como vemos nuestra química cerebral va a tener un papel determinante en el proceso de amor.


¿Tiene la cultura un papel tan determinante en todo esto?

Recientes estudios han demostrado que no existen diferencias significativas en cuanto a las alteraciones cerebrales que se producen en el cerebro del enamorado. Es decir, en contra de la creencia popular, nos enamoramos igual con independencia de cual sea nuestra procedencia.

Sin embargo, nuestra cultura si va a jugar un papel muy importante a la hora de determinar a quien escogemos como pareja, es decir, que atributos solemos dar mayor importancia para escoger a nuestro compañero y como lo expresamos. Así pues, la cultura condiciona en cuanto a la elección y la expresión del amor.


¿Es lo mismo amar que estar enamorado?

Estar enamorados, como decíamos al inicio del escrito, puede resultar una experiencia única y maravillosa, sin embargo, esa exaltación inicial, con el tiempo se ve atenuada y puede dar, o no, paso al amor. Amar y estar enamorado no es pues lo mismo.

Amar al otro es verlo desde un prisma algo más objetivo pero con mayor seguridad que bajo la enajenación del enamorado. Amar implica un mayor conocimiento del otro, incorporando también aquí sus partes no tan virtuosas pero con una mayor aceptación. Implica una elección voluntaria de que el otro sea nuestro compañero. E implica algo más duradero y más real tal vez que el simple hecho de estar enamorado. Es pues una experiencia distinta pero igual de única.