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domingo, 24 de febrero de 2019

Te querré siempre




“Pero siempre, una vez más, resultó ser
demasiado tiempo…”

¿Cuántas veces nos hemos podido encontrar diciendo esta frase, seducidos bajo los efluvios de un posible enamoramiento? Por qué el amor es ciego, o al menos, eso es lo que nos han hecho creer…
Febrero es el mes por excelencia del amor y con motivo de ello, me dispongo a analizar algunos de los mitos y falsas creencias con las que nos han educado, hemos crecido y evolucionado influyéndonos enormemente, en la búsqueda de nuestras relaciones afectivas y/o de pareja. ¿Pero, qué pasa si no sale bien?, ¿Por qué seguimos viviendo como “fracaso” relaciones que aparecen para enseñarnos? Enseñarnos lo que queremos y lo que no. Desaprender ciertos esquemas interiorizados, es un indicativo de proceso y madurez y, ser adulto, implica esto.
Hablemos del amor, del amor romántico y de sus mitos.

Nuestro concepto de amor

Nuestra sociedad occidental vive inmersa en un concepto de amor que se basa en la máxima premisa de que en nombre de éste, todo es justificable. El amor todo lo puede en su máximo exponente. Tendemos a crecer pensando que solo lograremos nuestra verdadera felicidad en el momento que aparezca una persona que nos “complemente y complete” y entonces ahí, habremos adquirido el máximo propósito de nuestra vida: ser felices.
¿Pero solo la felicidad se logra de este modo? Es más, ¿Qué es para nosotros la felicidad? De esto hablaremos más adelante. Veamos qué nos dice el amor romántico, sus principios y algunos de sus mitos.

Principios del amor romántico
                                                                                     “Los días que pasan
                                                                                                             Las luces del alba
                                                                                        Mi alma, mi cuerpo, mi voz, no sirven de nada
                                                                                                         Porque yo sin ti no soy nada
                                                                                                                   Sin ti no soy nada
                                                                                                                           Sin ti no soy nada”

Canciones, películas, libros, nos inculcan un modelo de amor, basado en ciertos puntos como la fusión, la entrega incondicional o la exclusividad, aspectos que, pueden alimentar relaciones tóxicas, con fomento de la dependencia. Hablemos de ello.

1. Fusión: Nos unimos al otro siendo uno solo. Haciéndolo todo juntos. Lo suyo es mío, lo mío es tuyo, aplicable a todo contexto de relación.

2. Entrega absoluta: Al encontrar el verdadero amor debemos entregarnos en cuerpo y alma.

3. Exclusividad: Son relaciones exclusivas, el otro ocupa nuestra máxima prioridad en la vida dotándola de sentido.  

4. Ciertos vestigios de posesión: Como el otro es mío, debo salvaguardarlo de cualquiera que pretenda romper o entrar en nuestro vínculo.

Mitos del amor romántico

Analicemos ahora algunos de estos mitos y creencias arraigadas que hemos ido interiorizando.

.1. El amor todo lo puede y justifica: Este es el culmen de todos los mitos del amor romántico. Basado en que en nombre del amor, podemos justificar cualquier acto o conducta. Y no, el amor, no todo lo puede, no todo lo justifica y, con amar, no siempre es suficiente.

.2. La verdadera felicidad se encuentra al lado de alguien: Dotar al otro de la responsabilidad de “hacerme feliz” cuando lo cierto, es que debemos ser capaces de encontrar la felicidad en nosotros mismos.

.3. Si no se pone celoso, no me ama lo suficiente: Asociar celos con amor es un arma de doble filo que nos lleva a vinculaciones tóxicas. Sentir celos es una emoción natural, ante la cual, todos en algún momento nos hemos podido ver expuestos. Tal vez, en determinados momentos no podemos evitar sentirlos, pero lo que hacemos con ellos, sí. Amar más, no es igual a estar más o menos celoso, hacerlo de este modo es hacerlo de una forma dañina. Reconocer que los hemos sentido y hacerlo de una forma asertiva, intentando gestionarlos es saludable y necesario.  

.4. Tengo que encontrar mi media naranja: El mito de la media naranja se basa en la premisa de que somos seres incompletos que solo lograremos nuestra verdadera felicidad al encontrar a otro que nos complete. Lo cierto es que ya somos seres completos y no necesitamos de otro. La persona que encontremos nos debería sumar y aportar.

.5. “Quien bien te ama, te hará llorar”: El amor como sinónimo de sufrimiento se encuentra vigente en muchas de los grandes cánones de amor de la historia. (véase el fragmento de canción, anteriormente presentado, como ejemplo de ello) si estás sufriendo no estás amando de la forma correcta. El amor nunca debe ser sinónimo de sufrir.

.6. Amor a primera vista: Tendemos a confundir atracción a primera vista con amor. Alguien nos puede gustar, llamar la atención, pero eso no es amor. Para amar al otro tenemos que conocer al otro, conocer sus valores, sus propósitos, ver si son acordes a los nuestros. Amar es una decisión racional, voluntaria y diaria que muchas veces confundimos con enamoramiento.

.7. Compenetración sexual: La compenetración es sexual es algo que puede trabajarse con la práctica. Pensar la que compatibilidad sexual es sinónimo de amor verdadero, es otro grave error.
Es importante ser asertivos sexualmente, comunicar lo que nos gusta y lo que no y sobretodo, previamente conocernos, saber nuestros límites y comunicarlos para disfrutar de unas relaciones sexuales lo más satisfactorias posibles.

.8. Si estoy enamorada no puedo sentir atracción hacia otras personas: El deseo va por libre y es promiscuo. Una cosa es el deseo y otra la conducta y/o los pactos que yo tenga con mi pareja. No nos volvemos ciegos por muy enamorados que estemos y es hasta saludable que otro nos pueda atraer.

.9. El verdadero amor culmina en boda y familia: Esta creencia está muy influida por las películas que nos han vendido que todo amor verdadero debería culminar en boda y familia. Y no tiene por qué. Hay grandes amores que nos transcienden y eso no los convierte en menos intensos.

.10. Con grandes dosis de amor, lo cambiaré: Tender a pensar que podemos cambiar al otro con grandes dosis de amor, solo nos lleva al desgaste y al sufrimiento. El otro cambia si quiere y esto no depende de nosotros, sino de su voluntad.

Revisando nuestros propósitos

Luchar contra todos estos ideales adquiridos es complejo, sin embargo, no es imposible. Revisar estos esquemas y valorar como nos influyen, es algo necesario.
Las relaciones se deben basar en la equidad y el respeto. Si estás en un vínculo que no te hace feliz, con el que estás sufriendo y aún y así continuas, tal vez deberías plantearte si lo que estás haciendo es amar o hacerte daño. Pedir ayuda no es malo, cambiar nos asusta, pero determinados cambios suelen ser necesarios. presbiciaemocioanl@gmail.com
Os dejo la sección de tele "Oh My Sex" de televisió Sant Cugat, donde analizamos esto y mucho más. 


sábado, 8 de octubre de 2016

¿Fuimos las personas correctas en el momento equivocado? Las oportunidades que dejamos escapar


                                                                                                                 " A tí"
                                                                      "Y a lo que habríamos sido de no ser por los dos"

¿Qué os parece el título de mi post? Seguro que en más de una ocasión habéis escuchado esta mítica frase, sea en un contexto u otro. Dejando de lado la vertiente más poética o romántica que le puede acompañar, me interesa adoptar un punto de vista “práctico” de la misma. Si os fijáis, aparece entre interrogación porque justamente, lo primero que despierta en quién lo recibe es duda, acompañado, de esperanza, así como, la sensación de que un ciclo no se ha cerrado del todo. Por no hablar, de la posible “culpa” o  la extraña sensación de “lo que pudo ser y no fue”, sea como sea, no nos ayuda a avanzar… Además, en la mayoría de ocasiones, la persona que hace uso de ello, sólo busca “edulcorar” el amargor ante lo que interpreta como un posible fracaso y/o como excusa para “no quedar mal” ante el miedo a una evaluación negativa por parte del otro.

Yo siempre digo a mis pacientes que "si algo no te hace vibrar significa que no es para ti".

Como sabéis, a lo largo de la vida vamos a tener que tomar decisiones, algunas serán triviales y otras en cambio, pueden determinar nuestras vidas. En este post, hablaremos de las oportunidades y los “fracasos”, de la importancia de tomar decisiones, de por qué a determinados perfiles les cuesta tanto y de estrategias para gestionarlo. ¿Me acompañas?

Aprende a ver cada posible fracaso o derrota como una oportunidad

Henry Ford, decía que el fracaso supone una oportunidad para que empecemos de nuevo pero con más inteligencia. Y así es. En la mayoría de ocasiones, el ser humano aprende por ensayo y error, así que debemos tener muchos intentos fallidos para hallar aquello que verdaderamente nos haga sentir bien y nos defina. La mayoría de ocasiones el problema no radica en el mismo, sino en la interpretación que hacemos de éste. La forma en que interpretemos nuestra realidad será vital para actuar. Por eso es importante que sepamos hacer una lectura adecuada que nos permita aprender de cada fallo y entonces, no será necesario que lo nombremos así.

Qué es una oportunidad

En muchas ocasiones se nos plantean desafíos. Tras la incapacidad para tomar una decisión está el miedo a actuar. Dudar, no es malo, pero permanecer anclado en ello puede tener graves efectos sobre nuestro equilibrio emocional.

Los efectos negativos de no tomar decisiones

Dicen que quien pospone demasiado deja de vivir: Algunas personas se encuentran ancladas en el proceso de duda, aspecto que lleva asociado altos niveles de ansiedad y desesperanza. Existen determinados rasgos de personalidad que  pueden favorecer este estado:

--Baja autoestima y falta de confianza en uno mismo: Ambas alimentan la idea de “poca valía”, la persona no se siente capaz de tomar decisiones por sí misma, anticipando el fracaso y creyéndose “poco apto”.

--Dependencia de las demás y altas necesidades de aprobación: Las personas con necesidad de aprobación externa no son capaces de tomar decisiones por sí mismas, esperando que sean los demás los que lo tomen por ellos, excluyéndose de este modo de responsabilidades, ante la falsa creencia de que así “no defraudarán a nadie”.

--Nivel de exigencia elevado y/o perfeccionismo: Los altos niveles de ambas, paralizan a la persona a la acción quedando inmersas en la búsqueda del ideal que persiguen.

----Tendencia a la evitación: Los estilos evitativos suelen postergar las decisiones, esperando que la vida los tome por ellos.

--Desconexión emocional del organismo vs emoción: Las personas que viven desconectadas de su cuerpo y no se permiten escucharlo, presentan problemas emocionales y resultan más dubitativas.

--Baja tolerancia a la frustración: Ser capaces de tolerar la derrota es de vital importancia para madurar y saber encajar las decisiones con serenidad. Aprender a identificar la estrategia que juega nuestra mente para incapacitarnos será de vital importancia para poder hacer frente a todo y aprender a actuar.
Veamos cómo podemos tomar decisiones de forma adaptativa.

Estrategias para gestionar la duda y la toma de decisiones

Siempre que tomamos una decisión debemos comprender que implica perder una alternativa.  En función del grado de compromiso que implique la decisión a tomar,  nos costará más llevarla a cabo. Algunas de las estrategias para tomar decisiones de forma eficaz serian:

-Identifica el miedo que hay detrás: ser capaces de identificar el miedo que nos paraliza es un primer paso para tomar consciencia y poder enfrentarlo.

- Identifica tu propósito: Si tenemos claro nuestro propósito, tal vez, sea más fácil encontrar el motor que nos impulse a la acción y nos saque del estancamiento.

-Haz un listado de pros y contras considerando las implicaciones de cada opción: ser capaces de analizar de forma exhaustiva las probabilidades, las ventajas y desventajas de cada decisión, nos ayudará a tomar mayor conciencia de la misma y actuar desde la sensatez.

-Conecta con tu emoción. Pese a lo expuesto en el punto anterior es importante entender que un exceso de racionalización es malo, debemos ser capaces también de conectar con nuestra emoción y sus necesidades.

-Ten valor: Es importante adquirirlo para poderte enfrentar con eficacia a las distintas situaciones vitales.

-- Entiende que forma parte del proceso de madurez: Aprender a tomar decisiones y hacerse responsable de ellas, forma parte del proceso de crecimiento y aprendizaje vital.

Si tienes dudas o consultas puedes escribirme a presbiciaemocional@gmail.com



lunes, 18 de julio de 2016

¿Te olvidarás de mí?






“Qué cosas…
No fui capaz de amarte
y ahora, no consigo olvidarte”


 “Entonces, ¿usted cree que se olvidará de mí? (preguntó con ojos vidriosos¨) -¡Por supuesto que no!- le respondí- y por paradójico que resulte, aquella pregunta, me hizo recordar… Cuando era pequeña siempre me preguntaba si resultaría lo suficientemente interesante para que alguien me recordara (lo sé, la autoestima nunca fue uno de mis fuertes) Con los años, aprendes que no es la calidad del encuentro lo que determina el recuerdo, sino el significado otorgado al mismo.  

En este post vamos a hablar del olvido, de qué ocurre con el paso del tiempo, ¿realmente olvidamos? y si es así, ¿qué exactamente?  Nos centraremos sobretodo en aquellas  experiencias que pueden resultar decepcionantes, hablaremos de la importancia de perdonar y perdonarse como base de aprendizaje vital y equilibrio psíquico, aspectos de gran relevancia para nuestro bienestar emocional. ¿Me acompañas?


El olvido

“Y vas echando de más, lo que un día echaste de menos”


Se habla mucho acerca del olvido, se escribe, se cuestiona… En general, tendemos a asociarlo con algo negativo, con pérdida, con duelo, pero ¿realmente olvidamos? Y sí es así, ¿qué exactamente?   

A lo largo de la vida nos vamos a ver expuestos a innumerables vivencias, algunas nos producirán dolor y/o decepción, pretender evitarlas es exponerse doblemente a ellas, la mayoría de ocasiones estarán causadas porque alguien nos traiciona, no logramos un propósito, perdemos a alguien significativo, una etapa se cierra, o un sinfín de situaciones que pueden dar lugar a ello. La intensidad en la vivencia de la misma, dependerá de nuestro nivel de expectativas previo. Pretender olvidar, como medio de evadir el dolor es exponerse a revivirlo nuevamente. La clave no está en olvidar determinados hechos, sucesos o personas, la clave está, en recordar sin que duela y,  para ello, necesitamos tiempo.

Aunque, si bien es cierto, que con el tiempo, determinados  sucesos y/o hechos que no hayan supuesto una gran relevancia pueden “olvidarse”, lo que algo o alguien nos hizo sentir, eso, no se olvida. La emoción que despertaron determinados hechos, sucesos, o personas, permanecen grabados en nosotros, con independencia de que esa emoción fuera positiva o negativa. Por tanto, no es el hecho, ni la persona, sino el significado que nosotros le hayamos dado, lo que hará que permanezca de forma más nítida en nuestra memoria.

El tiempo es necesario porque nos ayuda a asimilar la situación. No es que el recuerdo pierda fuerza es que el daño que nos produjo el mismo, con el tiempo, se atenúa, cuestión de supervivencia, tal vez. Recordar sin que duela, como bien dijimos anteriormente, me hará tomar una perspectiva diferente de las cosas y analizar con mayor objetividad.   Si soy capaz de recordar lo que algo o alguien me hizo sentir, tanto si fue una emoción positiva como negativa, y entendí la situación,  en un momento posterior similar, dispondré de más recursos para saber enfrentarme a esta vivencia, lograr esto, es crecer.

Es importante que ante cualquier situación de nuestra vida, por adversa que parezca, sepamos extraer la lectura positiva. No debemos tomar el rol de meros observadores pasivos de nuestra trayectoria, nosotros somos sujetos activos de nuestra vida y en base a nuestros actos, configuramos nuestro camino. Y para poder avanzar, debemos aprender a perdonar y a perdonarnos. Hablemos pues de ello.


La importancia de perdonar y perdonarse

“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo.
Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno,
con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo. “


Perdonar, para muchos, no resulta una tarea sencilla, implica cierto grado de madurez y comprensión. Debemos ser capaces de empatizar con el que nos hizo el daño, entender que le llevó a ello y también a nosotros mismos a actuar de una determinada manera. A veces, por más que queramos, no lograremos comprender, en estos casos, es necesario entender que viviremos situaciones que no son justas y punto. Y por injusto que parezca, debemos ser capaces de dejarlo ir, el enfado sólo genera dolor.  Aprender a perdonar, implica soltar un lastre, liberarse del rencor, del odio, del sentimiento de venganza, que lamentablemente, sólo generan toxicidad en quien los sufre. Debemos redirigir esa energía en encontrarnos bien, dirigir nuestro foco atencional en nuestro proceso de recuperación. Debemos continuar avanzando.

Continuar pese a todo

Es conveniente, tener presente que aunque algunas vivencias no serán agradables, si logramos extraer la lectura positiva, pese a todo, podremos aprender  y actuar en consecuencia.

--Centrarnos en nuestro ahora, vivir el presente. Muchas personas utilizan el enfado y /o rencor para vivir anclados en el pasado y no se dan el permiso de continuar. Si ese es tu caso, entiende que tienes derecho a seguir con tu vida, a ser feliz.

--Fórjate nuevas metas y objetivos. Las personas estamos en constante reinvención, crecimiento, expansión, dirige tu atención hacia nuevos propósitos. Ellos serán el motor que te impulsen a la acción y te permitan continuar.

Si con todas, te encuentras anclado en el dolor y no sabes cómo gestionar esta situación puedes contactar conmigo en presbiciaemocional@gmail.com


lunes, 13 de junio de 2016

Las cosas que quedaron por decirnos

                                                                  “A tí “
“Y a lo que habríamos sido de no ser por los dos”


A lo largo de mi trayectoria como psicológa clínica, me he encontrado en numerosas ocasiones, con personas aquejadas de la extraña sensación de haber quedado “ancladas” en un momento concreto de sus vidas. Pese a las diferencias interindividuales que puedan presentar las historias narradas, todas guardan cierta similitud en cuanto al dolor que produce, la sensación de no poder avanzar. En la mayoría de ocasiones, el consejo que les doy a estas personas es que de algún modo busquen retomar el contacto y que no se queden con ese malestar, pero lamentablemente, esta situación no siempre es posible (A veces debido a fallecimiento o a que el otro no está dispuesto a ello).
Este post está especialmente dedicado a todas aquellas personas que se quedaron con la sensación de no haber expresado algo en un momento dado y que transcurrido el tiempo, les acompaña ese peso. Veremos que no siempre es posible retomar la conversación y qué tipo de estrategias podemos utilizar para seguir con nuestras vidas. Haremos una especial mención al tema de los duelos y a la importancia de procesarlos, de las emociones que produce el no poder hacerlo y de técnicas y recursos para solventarlo.  ¿Me acompañas?

La importancia de: “Dejar ir”

Es posible que todos en algún momento nos hayamos preguntado “Qué hubiera pasado sí” o tener la sensación de no haber expresado todo lo que queríamos. Pero, ¿Qué ocurre si transcurrido el tiempo, seguimos sintiendo esto? Frustración, ira, enojo o tristeza serán algunas de las emociones que podemos experimentar y que mantenidas en el tiempo puede dar lugar a dolencias mayores.  En posts anteriores hicimos mención al tema de los duelos y a la importancia de elaborarlos correctamente en pro de nuestro bienestar emocional. presbiciaemocional.blogspot.com.es/2015/04/tras-la-ruptura.html. Los duelos, como su nombre da a entender, duelen, e implican la elaboración mental de que una etapa se ha acabado. A lo largo de la vida, nos vamos a ver expuestos a la “pérdida” en multitud de ocasiones, algunas serán más dolorosas, otras, apenas implicarán nada y otras, lo harán llevándose un pedacito de nosotros.
Ser capaces de comprender la situación, perdonar y perdonarse es esencial para poder avanzar. La lectura que consigamos hacer de las situaciones será de vital importancia para aprender y seguir adelante. No podemos controlar todo lo que nos sucede, pero si podemos aprender a afrontar las situaciones con la mejor de la actitudes saliendo fortalecidos de ello y mejorándonos. Dejar ir” como el título indica, implica aceptar que no siempre todo será como queremos y que lamentablemente es ley de vida despedirnos de todos, incluidos de aquellos a los que más hemos amado. Sólo habrá una persona que te acompañe el resto de tu vida y ese serás, tú mismo. Interiorizar esto último, no siempre le produce a uno la mejor sensación, pero al menos relaja.

Consecuencias de no procesar bien los duelos

La elaboración de un duelo lleva un promedio de entre 1-3 años. Si transcurrido ese tiempo no hemos sido capaces de elaborarlo de forma correcta podemos vernos expuestos a numerosas dolencias psíquicas como las que comentaremos a continuación.

--Estado anímico bajo con tendencia a trastornos ansiosos y depresivos. La no elaboración de un proceso de duelo, nos puede llevar a pensamientos de tipo obsesivo entorno al suceso, que hará que nos sintamos ansiosos y deprimidos. La sensación de desesperanza y vacío que acompaña a una pérdida, se ven incrementadas con el transcurso del tiempo si estás no han sido elaboradas correctamente.

--Sentimiento de culpa. En los estadios iniciales del duelo, es posible que aparezca la culpa, nos sentimos responsables de ese vacío y nos lastimamos pensando que podríamos haber hecho o dicho otros cosas, este aspecto de enfado con nosotros nos perjudica gravemente y nos impide vivir en el “aquí y ahora”.

--Menosprecio y baja autoestima. Nuestra propia valía se ve cruelmente juzgada ante estas situaciones vitales que conllevan pérdida, la interpretación errónea de estas situaciones puede dejarle a uno la autoestima muy minada. Es importante tratarnos con cierta condescendencia.

--Dificultades para conciliar el sueño: Los pensamientos obsesivos y recurrentes entorno a la pérdida y el vacío asociado, conllevan dificultades para conciliar el sueño así como la falta de sensación de un sueño reparador.

--Trastornos psicosomáticos, Todo aquello que no seamos capaces de expresar por la vía emocional si o si, acabará saliendo en forma de dolencia somática. Los duelos llevan asociados trastornos del aparato digestivo. Aunque en función de nuestro “punto débil” puede afectarnos a uno y otros órganos.

Técnicas para afrontar correctamente los duelos

Cuando no es posible retomar el contacto sea porque la persona nos ha dejado para siempre o porque no está dispuesta a tenerlo, existen algunos recursos que podemos poner en práctica para gestionar mejor esta situación. Veamos algunos de ellos:

--La técnica de la silla vacía: Se trata de un tipo de terapia vivencial que procede de la orientación Gestáltica, consiste en colocar literalmente una silla en una habitación y visualizar la persona en cuestión con quien queramos tener el contacto. Allí podremos decirle todo aquello que guardamos dentro. Pese al escepticismo que muchas lectores puedan sentir al leer esto, lo cierto es que produce un gran alivio en muchas personas que han sufrido una pérdida fugaz y quieren vaciarse de todo ello.

--Escribir: Utilizar la escritura como vía de canalización del malestar es un recurso que se utiliza desde antaño y nos permite liberarnos.

--Grupos de autoayuda: Recurrir a grupos donde diferentes personas puedan haber vivido una situación similar a las nuestra supone un gran apoyo para muchas personas.

--Terapia narrativa: A través de cartas y relatos personales el paciente asume un rol activo en su proceso de cambio y le ayuda a tomar mayor consciencia de su vivencia.

A modo de conclusión

Si te has sentido identificado con algo de lo aquí expuesto, estás atravesando un momento difícil y te estás planteado acudir a terapia, tal vez, yo sea la persona que pueda ayudarte. No dudes en ponerte en contacto conmigo: presbiciaemocional@gmail.com




martes, 8 de septiembre de 2015

La importancia de tener una mascota




Dicen que aquellos que jamás amaron a un animal una parte de su alma permanece dormida, sin embargo, aquellos que sí tuvimos la fortuna de experimentarlo, sabemos que se trata de un idilio que durará para siempre.
Muchos, aparecen en nuestras vidas “de repente”, nos acompañan durante 10, 15 tal vez incluso, con suerte, hasta 20 años y pese a lo “efímero” que nos pueda resultar este encuentro, gracias a ellos aprendemos enseñanzas tan válidas como el significado de tener un fiel compañero, fuente de protección y aceptación incondicional. Tras su marcha, una parte de nosotros lo hace con ellos, dejándonos un sabor agridulce pero la fiel certeza de que ha merecido la pena.
En este post hablaremos justamente de esto, de la importancia que puede cobrar en nosotros el hecho de tener una mascota, del encuentro transformador que se produce de esta relación y de cómo sus efectos perduran en el tiempo. Hablaremos de los múltiples beneficios a nivel físico, psicológico y emocional que nos pueden reportar, resultando en ocasiones terapia preventiva al tratamiento de determinadas afecciones y por último, de los aspectos que debemos tener en cuenta si decidimos incorporarlos en nuestras vidas.  ¿Me acompañas?
Las mascotas
Durante años el ser humano se ha interesado por la relación que establecía con los animales. Se ha demostrado que en estados de depresión, estrés, duelo y/o aislamiento social, las mascotas se convierten en un acompañamiento que aumenta la autoestima, el sentido de responsabilidad y favorece una mejor integración en sociedad, resultando una mejora en nuestra calidad de vida. Tal es la magnitud de los efectos que esta interacción puede ocasionar, que de unos años acá surge toda una corriente en psicología denominada, terapia asistida con animales, consistente en la incorporación de un animal, generalmente perro, delfín o caballo, en el tratamiento de determinadas afecciones, con el fin de mejorar el funcionamiento físico, social, emocional y/o cognitivo de la persona. Estas terapias están dirigidas por un profesional de la salud mental, generalmente psicólogo, donde el animal, cumple la función de coterapeuta, siendo un punto clave en el proceso de recuperación.
Independientemente de que sea utilizado con fines terapéuticos o no, veamos ahora, algunos  de los efectos beneficiosos que puede tener, tanto para el niño como para el adulto, este tipo de vinculación.
Efectos beneficiosos de tener una mascota:
--Para el niño:  A grandes rasgos, podríamos decir que crecer con una mascota implica educar al pequeño en aspectos como responsabilidad, cuidado y empatía que surgen justamente de la atención que como ser vivo requiere, donde es importante que el niño sea partícipe y no lo asocie sólo con un compañero de juego. La mascota nos ayuda en el establecimiento de vínculos y potencia aspectos como el desarrollo de habilidades sociales.
--Para el adulto: Hacen que nos sintamos seguros y aceptados incondicionalmente, dado que son fuente de amor, afecto y no nos juzgan, disminuyen el sentimiento de soledad, proporcionándonos compañía, incrementan la autoestima y mejoran nuestro estado de ánimo,  debido en parte, a  los cuidados que requieren, aspecto que nos confiere la sensación de valía, incrementando nuestra estima y elevando nuestro ánimo. Disminuyen la tensión y la ansiedad, se ha comprobado que acariciar a un animal nos relaja, haciendo que liberemos endorfinas, hormonas asociadas a placer y bienestar, fomentan la empatía y favorecen el contacto social mejorando a su vez nuestra forma física,  dado que es nuestro deber sacarlos mínimo tres veces al día, lo que ocasiona que hagan y hagamos ejercicio y nos relacionemos con otras mascotas, también nos ayudan en la recuperación de enfermedades, ya que aceleran el  proceso de sanación. Como vemos son múltiples los beneficios que nos pueden reportar.
Si te estás decidiendo a tener un animal es importante que entiendas que no es un juguete por eso antes de plantarte tener uno es necesario que valores una serie de puntos.
Aspectos a estudiar antes de tener una mascota:
--¿Por qué quiero una mascota? Es importante plantearse esta cuestión y valorar que no sea un capricho pasajero. La mascota es un ser vivo, requiere un compromiso y hemos valorar si estamos dispuesto a ello.
--¿Dispongo del tiempo para cuidar de mi mascota? Los animales necesitan tiempo para alimentarlos, bañarlos, llevarlos al veterinario, entrenarlos, jugar, darles cariño. Si no tienes tiempo para ello, no compres una mascota.
--¿Tengo los recursos económicos necesarios para mantener a mi mascota? Un animal merece tener una buena calidad de vida: alimentación, productos de limpieza e higiene, juguetes, cuidados veterinarios. La mascota supondrá un gasto extra que debemos poder asumir.
--¿Puedo tener una mascota en el lugar donde vivo?  En algunas comunidades no permiten mascotas, especialmente si vives de alquiler. Infórmate antes de dar el paso.
--¿Es para mí un buen momento? Las  mascotas requieren cierta estabilidad personal, laboral, de vivienda. Si eres estudiante o viajas como parte de tu trabajo, espera a estabilizarte.
--¿Quién cuidará de mi mascota cuando estés de viaje o de vacaciones?  Necesitarás contar con algún amigo, vecino de confianza, familia o dinero para pagar una guardería para animales, o a una persona que vaya a cuidarla a domicilio.
Conclusión
Si no tenías mascota y después de leer mi post te animas a ello. Sinceramente te deseo lo mejor es sin duda, uno de los mejores vínculos que un ser humano puede hacer.

Este post está dedicado a Bony, mi lindo pedete y mi fiel compañera. Lamentablemente hace unos meses nos dejó, fue una de las experiencias más dolorosas que vivimos en la familia pero los años que estuvo con nosotros también fueron los mejores. Formó parte de nuestra familia casi 17 años y dado el papel tan importante que ha tenido en nuestras vidas, he considerado muy necesario incluirla en mi blog. Gracias por leerme.
 presbiciaemocional@gmail.com

miércoles, 29 de abril de 2015

Los celos en la pareja


 
 
Tendemos a tildar de “negativas” determinadas emociones que se encuentran asociadas a sentimientos desagradables. Esto es lo que ocurre con el caso de los celos. Es importante entender, que se trata de un sentimiento natural que aflora ante la percepción de amenaza hacia el vínculo creado. Es decir, detectamos un posible intruso y nos ponemos alerta.
Los celos, en sí, son un sentimiento natural y humano que están íntimamente relacionados con el proceso de amar. El problema, no es tanto el sentirlo como la intensidad de los mismos y las consecuencias tan desagradables que puede acarrear, resultando, en muchas ocasiones, contraproducente para la estabilidad del vínculo.
En este post hablaremos de los celos dentro de la pareja, hablaremos del porqué se dan, de sus orígenes, de las diferencias en cuanto a manifestación con respecto a ambos sexos, de los celos patológicos y de cómo trabajarlos. ¿Me acompañas?

Los celos: De sus orígenes al porqué
En las relaciones de tipo romántico y sobretodo en los estadios iniciales de enamoramiento cuando nuestros sentimientos se encuentran “más a flor de piel” estamos algo más susceptibles a la amenaza de los celos. Sentir celos, como ya comentamos al inicio del post, forma parte del proceso natural de amar al otro. Sin embargo, llevado a un extremo puede ser altamente perjudicial, aspecto que trataremos más adelante.
En los estadios iniciales de nuestro desarrollo, cuando aún somos bebés, nuestra única fuente de estabilidad y seguridad provienen del vínculo materno. El tipo de apego que hacemos con nuestro cuidador principal va a ser altamente significativo en nuestra evolución posterior. Si este vínculo es seguro y estable el niño interiorizará que el mundo es un lugar apto para vivir, sin embargo, si esto no ocurre así, el mensaje que interiorizará el pequeño será que el mundo es un lugar hostil y debe aprender a defenderse. Si la base de personalidad no es segura, en estadios posteriores es más fácil que afloren dolencias como ansiedad, depresión o desesperanza. Sin embargo, culpar al pasado es una actitud un tanto externalista y lo coloca a uno a merced de los demás.
Como Psicóloga que apuesta por el proceso de cambio activo, creo que las vivencias determinan pero no deberían condicionar y que uno, debe colocarse como agente activo de su cambio con motivación y espíritu de lucha. Sentir dolor no le hace a uno menos débil, reconocerlo y decidir trabajar sobre aquello que nos perjudica nos engrandece y ayuda a perfeccionarnos.

¿Existen diferencias de género en cuanto a la manifestación de los celos?
Lo cierto es que las recientes investigaciones no parecen hallar diferencias significativas en cuanto al hecho de sentir celos, es decir, se da por igual en ambos sexos. Sin embargo, lo que si varía es el motivo subyacente, mientras en el caso de ellos suelen sufrir más, ante una posible  infidelidad de tipo sexual, nosotras tememos a la de tipo emocional. No soportamos la idea de que haya podido enamorarse de otra persona. Sea por un motivo u otro, lo cierto, es que tanto hombres como mujeres no estamos inmunes al hecho de sentirlo.
Veamos ahora que ocurre cuando estos se apoderan de nosotros.  

Cuando los celos se apoderan de ti: La espiral del celoso
Amar y tener miedo a perder el amor del otro es algo natural y hasta cierto punto positivo, pues favorece que se refuercen los lazos al promover que la persona se esfuerce más por no perder al sujeto amado. Lo importante para no enloquecer es que estos celos sean controlados. Para ello es importante valorar, en el momento que afloran, si esa posible “intrusión” es real o imaginada.
Los celos llevados a un extremo son un sentimiento tóxico que producen degaste y sufrimiento pudiendo llegar a ser paranoides y delirantes y resultando no únicamente  desagradable  para el que lo sufre sino también para el otro miembro de la pareja, dado que percibe que la confianza, pilar básico de cualquier relación,  se halla mermada.
El amor y la relación de pareja se basan, principalmente en el respeto y admiración mutuos.  Una excesiva preocupación suele implicar una necesidad de control que estaría más relacionada con la posesión que con el amor. Cuando los celos son enfermizos, la persona celosa exige y demanda cada vez más del otro. El miedo a perder su amor y su favor comienza a ser un pensamiento obsesivo y continuo, su vida gira únicamente en torno a esta temática, no siendo extraño el hecho de perder otras esferas de su vida, trabajo o amigos.  El celado siente que la relación se vuelve asfixiante y se siente agobiado y vigilado, pudiendo llegar incluso al hastió.
Hay determinadas personalidades de base más insegura que son proclives a verse contaminado por todo esto. La falta de confianza mina la autoestima, es fuente de frustración continua y, literalmente, se convierte en un "sin vivir. Es importante no dejarse envenenar por todo esto. Veamos algunos aspectos que podemos trabajar.

Aspectos a trabajar
-- Trabajar la autoestima y la seguridad en uno mismo, conforma la base para cualquier relación sana tanto con uno mismo como con los demás.
Si te sientes víctima de los celos es importante que entiendas lo siguiente:
-- Tu pareja te ama y te elige. Si no fuera así, no estaría a tu lado. Si alguna vez esto cambiase, no podrás hacer nada para retenerla. El amor no es sinónimo de posesión.
--Todos somos celosos hasta cierto punto  pero no debes permitir que se apoderen de ti.
--Jamás dejes de hacer cosas que te gustan por los celos de tu pareja.
--NO conviertas la presunción en certeza.
--Confía en tu intuición pero no te hagas esclavo de ella.
--Evita pensamientos tóxicos.
--Acepta que eres digno de ser amado.
Si sientes que los celos se apoderan de ti y no te encuentras con los recursos adecuados para salir adelante, tal vez, deberías plantearte la opción de acudir a un especialista, en ese caso y si así lo decides, estaré encantada de poder ayudarte. presbiciaemocional@gmail.com

 

 

jueves, 5 de marzo de 2015

¿Por qué nos cuesta tanto decir te quiero?


 
Decir: “te quiero” resulta inverosímil para algunos, que tienden  a asociar amor con debilidad. Lo cierto, es que no todo el mundo está capacitado para abrirse al otro.
Nos asusta la no reciprocidad, tememos al fracaso, no nos gusta sentirnos “vulnerables”, nos da miedo y evitarlo, se convierte para muchos, en la solución.
Las nuevas formas de vinculación imperantes, el “sin compromiso”, dificultan las expresiones de amor, sobretodo, entre los más jóvenes. El obstáculo, no radica tanto en verbalizar un te quiero sino en permitirse sentirlo. Algunas personas, cuando empiezan a notar los primeros síntomas de un posible enamoramiento ponen en marcha toda una serie de mecanismos defensivos: “no fuera a ser qué"...
Negación, represión y evitación serán algunas de las estrategias que utilizaremos para evitar caer en las garras del amor. Lo lamentable es que, a veces, acabamos inmersos en una especie de “guerra de egos” para ver quién de los dos miembros es el más fuerte. Pero… ¿compensa?
Este post hablará sobre nuevas formas de relación y como nuestra sociedad nos condiciona a ello, sobre sexo y consumo, sobre perfiles y pseudoperfiles, sobre miedos y mucho más… ¿Me acompañas?
Amar en tiempos modernos
Que nuestra conducta se ve determinada por el contexto tanto histórico como cultural en el que nos encontramos inmersos, nadie lo pone en duda. Estamos, en parte, condicionados por el momento que nos toca vivir.
Actualmente existen nuevas formas de vinculación, las denominadas: "relaciones sin compromiso”, que consisten, básicamente, en no llegar a intimar con el otro, al menos, en lo que a emoción se refiere. Este tipo de vinculaciones, dificultan la expresión y manifestación de afecto, de hecho en parte, es lo que tienden a evitar.
A grandes rasgos, podríamos decir que otorgan primacía a la gratificación inmediata, a lo fugaz y etéreo. Buscan el beneficio instantáneo, el aquí y ahora, y a muchos, les cuesta establecer objetivos a largo plazo y, por tanto, adquirir un compromiso. Lo cierto es que se ha demostrado que cada vez somos más corto plazistas resultándonos complicado pensar a largo término.
Por otro lado, algunas personas, tildan de “frívolas” este tipo de relaciones y no se encuentran cómodas vinculándose así. Más adelante, hablaremos de perfiles aptos a ello. Veamos ahora de qué modo la sociedad contribuye a todo esto.

Sociedad consumista
La sociedad en la que nosotros estamos (sociedad del bienestar) basa su premisa, en la falsa promesa de que conseguiremos satisfacer nuestras necesidades por medio del consumo, es decir, accediendo a determinadas “cosas”, cuanto más mejor, obtendremos lo que deseamos. Esto, genera, muchas veces, situar esta falsa necesidad o necesidad impuesta  como sinónimo de mi felicidad y de mi éxito, y aquí es donde reside el engaño. Cuando conseguimos algo de lo que deseamos ya no tenemos suficiente, queremos más, vamos a desear objetos que en realidad cumplen la misma función que el anterior pero como nos atrae  la novedad acabamos cayendo en el engaño. El mensaje implícito a todo esto es que más es igual a mejor. La voracidad por consumir se extrapola al mundo de los afectos. A mayor cantidad, mayor intensidad de placer y lejos de obtener saciedad lo que se consigue es frustración.
Veamos cómo encajamos esto con el sexo.

Sexo como parte más del consumo

                       Los seres humanos somos los únicos animales “eróticos”
Dado que no vinculamos sexo  sólo a la perpetuación de la especie *
Atrás quedo la época represiva donde el sexo tenia fines puramente reproductivos y donde exclusivamente se consumaba en lecho conyugal, algo que era muy íntimo, vinculado única y exclusivamente al mundo de la pareja, aspecto que no era tratado con naturalidad, sino con sumo pudor, únicamente, podríamos decir que esta filosofía o mentalidad sigue vigente en determinados colectivos específicos, personas con una religiosidad muy imperante por ejemplo;  a un tipo de sexualidad,  que está presente en nuestro día a  día, que tiene  presencia en los medios, un sexo que se expone, del que se habla y que nos encontramos, que en torno a él giran una gran cantidad de intereses, incluso de tipo económico que lo convierten en un mercado atractivo del que se obtienen beneficios.
Los cambios que han habido son  tanto en la concepción, es decir, en la manera que tenemos actualmente de concebir la sexualidad como en la  expresión, es decir,en la forma de manifestarla.
Esta forma de relacionarnos es un concepto que en psicología lo conocemos como “amor líquido” debido a la fragilidad del vínculo. El sexo en este tipo de relaciones estaría basado en la  genitalidad. Asociamos sexo a coito y a pesar de resultar una reducción bastante simplista, lo cierto es que forma parte del modus operandi de muchos.
* a excepción de algunas especies como el delfín

Perfiles y pseudoperfiles
A pesar de vendernos este modo de relación como lo novedoso o “cool”, lo cierto es que no todo el mundo sirve para vincularse de esta forma.
Existen perfiles como los denominados buscadores de novedad, que serian los típicos “vividores”. Se trataría de personas que tienen una dificultad enorme para intimar con los demás, siendo frecuente, por tanto, que se relacionen con muchas personas diferentes sin ningún tipo de vinculación afectiva. Estas personas sí que existen, pero en una minoría. Personalidades de tipo narcisista o explotadoras son ejemplo de ello.
Por otro lado, fruto de esta línea novedosa encontramos los denominados pseudoperfiles o perfiles falsos y aquí encontramos dos perfiles diferenciados; por un lado, las personas que han desarrollado un mecanismo defensivo, porque les han hecho daño y por tanto establecen unos límites con respecto al otro muy distantes. Esto, responde a una decisión y se sobreentiende que es algo puntual, pasado un tiempo y sanado uno, volvería a vincularse de la forma habitual.
Y por otro lado, las personas que haciéndose pasar por este tipo de perfil más “cool” encuentran en el sexo la vía para obtener otro tipo de cosas como compañía, cariño, amor, afecto. Llevándose al autoengaño y generalmente con desgaste y sufrimiento. Perfiles de tipo sufridor como las personalidades dependientes, serian ejemplo de ello.
A modo de conclusión
Lejos de pretender hacer un artículo de opinión, simplemente, pretendía exponer al lector un nuevo tipo de vinculación que se encuentra presente en nuestro sistema.
Lo cierto es que cada cual es libre de decidir de qué modo quiere relacionarse con los demás, siempre y cuando le sea válida esa forma. El problema, bajo mi punto de vista, radica cuando lejos de ser una elección se trata de un modus vivendi porque uno ni siquiera sabe como intimar, y aquí sí creo que tenemos un problema.
Lo cierto es que el amor nos engrandece, consigue sacar lo mejor de nosotros y nos hace mejorar y considero que prescindir de él es un error.


jueves, 15 de enero de 2015

¿Qué sucede cuando nos enamoramos?


 
 

“Lo más grande que puede ocurrirte es que ames y seas correspondido”


El tema del amor nos ha acompañado a lo largo de la historia resultando fuente de inspiración para muchos de nosotros. Cantamos, escribimos, suspiramos, sufrimos, matamos e incluso morimos por amor… Pero ¿es el amor una fuerza tan poderosa?, ¿Sabemos qué ocurre cuando nos enamoramos?, ¿Qué significa estar enamorado?, ¿Es el amor un sentimiento universal o cambia según la cultura?, ¿Qué papel juega en todo esto nuestro cerebro?, ¿Qué hormonas intervienen en el proceso de enamoramiento?, ¿Es lo mismo amar que estar enamorado?

En este artículo se abordarán algunas de estas cuestiones.


Enamorarse

Estar enamorado es una experiencia única y maravillosa, siempre y cuando, sea correspondido.

El enamoramiento es un estado que se suele dar al inicio de una relación amorosa. Se caracteriza, por un fuerte sentimiento de atracción hacia la otra persona, un proceso de idealización y magnificación del otro, al cual, percibimos como ser único e insustituible y una actitud de compromiso caracterizada por la unión, la entrega y la fusión con el otro, todo esto, acompañado de una fuerte sensación de euforia y bienestar.

Durante el enamoramiento se producen una serie de alteraciones en nuestro organismo a diversos niveles. Por ejemplo: a nivel cognitivo encontramos que nuestra percepción se ve alterada, se exacerba nuestra sensibilidad y son frecuentes los pensamientos  obsesivos en torno el objeto amado. A nivel fisiológico, se producen taquicardias, palpitaciones, incremento del ritmo respiratorio y aumento de nuestra presión sanguínea, entre otros.

Los expertos señalan que los primeros  6-9 meses es cuando esta sintomatología se ve más acusada llegando a durar como máximo, todo este proceso, unos 2 años aproximadamente.

Veamos ahora que ocurre a nivel cerebral…

 
La química del amor: hormonas y áreas implicadas

Durante la fase de enamoramiento se van a ver implicadas determinadas áreas cerebrales y hormonas que van a tener un papel fundamental en todo esto.

El circuito del placer o circuito de recompensa (CR) desempeña un papel clave. Se trata de un circuito cerebral, compuesto entre otros,  por la amígdala, más conocida como el “cerebro emocional” y el área tegmental ventral, entre otros. Este circuito es compartido con la gran mayoría de los animales, y está formado por un complejo entramado de vías nerviosas cuyo neurotransmisor fundamental es la dopamina.

El incremento de los niveles de dopamina en determinadas áreas del cerebro, ocasiona efectos euforizantes o de refuerzo positivo lo que conlleva una intensificación en la sensación de placer y hace que el sujeto tienda a volver a repetir la conducta. Es decir, en presencia del objeto amado, liberamos dopamina activando nuestro CR y provocando que queramos repetir.

Además de la dopamina hay otras hormonas que también tienen un papel importante en el enamoramiento como seria: las endorfinas, analgésico natural que se encarga de producirnos sensación de relajación y bienestar en compañía del sujeto amado, la serotonina que disminuye durante el estadio inicial de enamoramiento  provocando que aumenten los pensamientos obsesivos entorno al enamorado, la testosterona que se ve igualada en ambos sexos, mientras en el estadio inicial de enamoramiento en el hombre disminuye, en la mujer aumenta, lo que provoca que ambos tengan más ganas de relacionarse sexualmente que en posteriores épocas de la relación, o la oxcitocina liberada principalmente durante el orgasmo que favorece la creación de vínculos afectivos.

Como vemos nuestra química cerebral va a tener un papel determinante en el proceso de amor.


¿Tiene la cultura un papel tan determinante en todo esto?

Recientes estudios han demostrado que no existen diferencias significativas en cuanto a las alteraciones cerebrales que se producen en el cerebro del enamorado. Es decir, en contra de la creencia popular, nos enamoramos igual con independencia de cual sea nuestra procedencia.

Sin embargo, nuestra cultura si va a jugar un papel muy importante a la hora de determinar a quien escogemos como pareja, es decir, que atributos solemos dar mayor importancia para escoger a nuestro compañero y como lo expresamos. Así pues, la cultura condiciona en cuanto a la elección y la expresión del amor.


¿Es lo mismo amar que estar enamorado?

Estar enamorados, como decíamos al inicio del escrito, puede resultar una experiencia única y maravillosa, sin embargo, esa exaltación inicial, con el tiempo se ve atenuada y puede dar, o no, paso al amor. Amar y estar enamorado no es pues lo mismo.

Amar al otro es verlo desde un prisma algo más objetivo pero con mayor seguridad que bajo la enajenación del enamorado. Amar implica un mayor conocimiento del otro, incorporando también aquí sus partes no tan virtuosas pero con una mayor aceptación. Implica una elección voluntaria de que el otro sea nuestro compañero. E implica algo más duradero y más real tal vez que el simple hecho de estar enamorado. Es pues una experiencia distinta pero igual de única.