“Lo más grande que puede ocurrirte es que ames y seas correspondido”
El tema del amor nos ha acompañado
a lo largo de la historia resultando fuente de inspiración para muchos de
nosotros. Cantamos, escribimos, suspiramos, sufrimos, matamos e incluso morimos
por amor… Pero ¿es el amor una fuerza tan poderosa?, ¿Sabemos qué ocurre cuando
nos enamoramos?, ¿Qué significa estar enamorado?, ¿Es el amor un sentimiento
universal o cambia según la cultura?, ¿Qué papel juega en todo esto nuestro
cerebro?, ¿Qué hormonas intervienen en
el proceso de enamoramiento?, ¿Es lo mismo amar que estar enamorado?
En este artículo se abordarán
algunas de estas cuestiones.
Enamorarse
Estar enamorado es una experiencia
única y maravillosa, siempre y cuando, sea correspondido.
El enamoramiento es un estado que
se suele dar al inicio de una relación amorosa. Se caracteriza, por un fuerte sentimiento de atracción hacia
la otra persona, un proceso de
idealización y magnificación del otro, al cual, percibimos como ser único e
insustituible y una actitud de
compromiso caracterizada por la unión, la entrega y la fusión con el otro,
todo esto, acompañado de una fuerte sensación de euforia y bienestar.
Durante el enamoramiento se producen
una serie de alteraciones en nuestro organismo a diversos niveles. Por ejemplo:
a nivel cognitivo encontramos que nuestra percepción se ve alterada, se
exacerba nuestra sensibilidad y son frecuentes los pensamientos obsesivos en torno el objeto amado. A nivel fisiológico,
se producen taquicardias, palpitaciones, incremento del ritmo respiratorio y aumento
de nuestra presión sanguínea, entre otros.
Los expertos señalan que los
primeros 6-9 meses es cuando esta sintomatología
se ve más acusada llegando a durar como máximo, todo este proceso, unos 2 años
aproximadamente.
Veamos ahora que ocurre a nivel cerebral…
La química del amor:
hormonas y áreas implicadas
Durante la fase
de enamoramiento se van a ver implicadas determinadas áreas cerebrales y
hormonas que van a tener un papel fundamental en todo esto.
El circuito del
placer o circuito de recompensa (CR) desempeña un papel clave. Se trata
de un circuito cerebral, compuesto entre otros,
por la amígdala, más conocida
como el “cerebro emocional” y el área tegmental ventral, entre otros. Este
circuito es compartido con la gran mayoría de los animales, y está formado por
un complejo entramado de vías nerviosas cuyo neurotransmisor fundamental es la dopamina.
El incremento de los niveles de dopamina en
determinadas áreas del cerebro, ocasiona efectos euforizantes o de refuerzo
positivo lo que conlleva una intensificación en la sensación de placer y
hace que el sujeto tienda a volver a repetir la conducta. Es decir, en
presencia del objeto amado, liberamos dopamina activando nuestro CR y
provocando que queramos repetir.
Además de la
dopamina hay otras hormonas que también tienen un papel importante en el
enamoramiento como seria: las endorfinas,
analgésico natural que se encarga de producirnos sensación de relajación y bienestar
en compañía del sujeto amado, la serotonina
que disminuye durante el estadio inicial de enamoramiento provocando que aumenten los pensamientos
obsesivos entorno al enamorado, la testosterona
que se ve igualada en ambos sexos, mientras en el estadio inicial de enamoramiento
en el hombre disminuye, en la mujer aumenta, lo que provoca que ambos tengan
más ganas de relacionarse sexualmente que en posteriores épocas de la relación,
o la oxcitocina liberada
principalmente durante el orgasmo que favorece la creación de vínculos
afectivos.
Como vemos nuestra química cerebral va a tener
un papel determinante en el proceso de amor.
¿Tiene la cultura un papel tan determinante en todo esto?
Recientes estudios han demostrado
que no existen diferencias significativas en cuanto a las alteraciones
cerebrales que se producen en el cerebro del enamorado. Es decir, en contra de
la creencia popular, nos enamoramos igual
con independencia de cual sea nuestra procedencia.
Sin embargo, nuestra cultura si va
a jugar un papel muy importante a la hora de determinar a quien escogemos como
pareja, es decir, que atributos solemos dar mayor importancia para escoger a
nuestro compañero y como lo expresamos. Así pues, la cultura condiciona en
cuanto a la elección y la expresión del amor.
¿Es lo mismo amar que estar enamorado?
Estar enamorados, como decíamos
al inicio del escrito, puede resultar una experiencia única y maravillosa, sin
embargo, esa exaltación inicial, con el tiempo se ve atenuada y puede dar, o no,
paso al amor. Amar y estar enamorado no es pues lo mismo.
Amar al otro es verlo desde un
prisma algo más objetivo pero con mayor seguridad que bajo la enajenación del
enamorado. Amar implica un mayor conocimiento del otro, incorporando también
aquí sus partes no tan virtuosas pero con una mayor aceptación. Implica una
elección voluntaria de que el otro sea nuestro compañero. E implica algo más
duradero y más real tal vez que el simple hecho de estar enamorado. Es pues una
experiencia distinta pero igual de única.
Gracias! Me alegro que te lo haya parecido. Saludos! :-)
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