Tendemos a tildar de “negativas” determinadas
emociones que se encuentran asociadas a sentimientos desagradables. Esto es lo
que ocurre con el caso de los celos. Es importante entender, que se trata de un
sentimiento natural que aflora ante la percepción de amenaza hacia el vínculo
creado. Es decir, detectamos un posible intruso y nos ponemos alerta.
Los celos, en sí, son un
sentimiento natural y humano que están íntimamente relacionados con el proceso
de amar. El problema, no es tanto el sentirlo como la intensidad de los mismos
y las consecuencias tan desagradables que puede acarrear, resultando, en muchas
ocasiones, contraproducente para la
estabilidad del vínculo.
En este post hablaremos de los
celos dentro de la pareja, hablaremos del porqué se dan, de sus orígenes, de
las diferencias en cuanto a manifestación con respecto a ambos sexos, de los
celos patológicos y de cómo trabajarlos. ¿Me acompañas?
Los celos: De sus orígenes al porqué
En las
relaciones de tipo romántico y sobretodo en los estadios iniciales de
enamoramiento cuando nuestros sentimientos se encuentran “más a flor de piel” estamos algo más susceptibles a la amenaza de
los celos. Sentir celos, como ya comentamos al inicio del post, forma parte del
proceso natural de amar al otro. Sin embargo, llevado a un extremo puede ser altamente
perjudicial, aspecto que trataremos más adelante.
En los estadios iniciales de
nuestro desarrollo, cuando aún somos bebés, nuestra única fuente de estabilidad y
seguridad provienen del vínculo materno. El tipo de apego que hacemos con
nuestro cuidador principal va a ser altamente significativo en nuestra
evolución posterior. Si este vínculo es seguro y estable el niño interiorizará
que el mundo es un lugar apto para vivir, sin embargo, si esto no ocurre así,
el mensaje que interiorizará el pequeño será que el mundo es un lugar hostil y
debe aprender a defenderse. Si la base de personalidad no es segura, en
estadios posteriores es más fácil que afloren dolencias como ansiedad, depresión
o desesperanza. Sin embargo, culpar al pasado es una actitud un tanto
externalista y lo coloca a uno a merced de los demás.
Como Psicóloga que apuesta por el
proceso de cambio activo, creo que las vivencias determinan pero no deberían condicionar
y que uno, debe colocarse como agente activo de su cambio con motivación y espíritu
de lucha. Sentir dolor no le hace a uno menos débil, reconocerlo y decidir
trabajar sobre aquello que nos perjudica nos engrandece y ayuda a
perfeccionarnos.
¿Existen diferencias de género en cuanto a
la manifestación de los celos?
Lo cierto es que las recientes
investigaciones no parecen hallar diferencias significativas en cuanto al hecho
de sentir celos, es decir, se da por igual en ambos sexos. Sin embargo, lo que
si varía es el motivo subyacente, mientras en el caso de ellos suelen sufrir más,
ante una posible infidelidad de tipo
sexual, nosotras tememos a la de tipo emocional. No soportamos la idea de que haya
podido enamorarse de otra persona. Sea por un motivo u otro, lo cierto, es que tanto
hombres como mujeres no estamos inmunes al hecho de sentirlo.
Veamos ahora que ocurre cuando
estos se apoderan de nosotros.
Cuando los celos se apoderan de ti: La espiral del celoso
Amar y tener miedo a perder el
amor del otro es algo natural y hasta cierto punto positivo, pues favorece que
se refuercen los lazos al promover que la persona se esfuerce más por no perder
al sujeto amado. Lo importante para
no enloquecer es que estos celos sean controlados. Para ello es importante
valorar, en el momento que afloran, si esa posible “intrusión” es real o imaginada.
Los celos llevados a un extremo
son un sentimiento tóxico que producen degaste y sufrimiento pudiendo llegar a
ser paranoides y delirantes y resultando no únicamente desagradable para el que lo sufre sino también para el otro
miembro de la pareja, dado que percibe que la confianza, pilar básico de
cualquier relación, se halla mermada.
El amor y la relación de pareja
se basan, principalmente en el respeto y admiración mutuos. Una excesiva preocupación suele implicar una
necesidad de control que estaría más relacionada con la posesión que con el
amor. Cuando los celos son enfermizos, la persona celosa exige y demanda cada
vez más del otro. El miedo a perder su amor y su favor comienza a ser un
pensamiento obsesivo y continuo, su vida gira únicamente en torno a esta
temática, no siendo extraño el hecho de perder otras esferas de su vida,
trabajo o amigos. El celado siente que
la relación se vuelve asfixiante y se siente agobiado y vigilado, pudiendo
llegar incluso al hastió.
Hay determinadas personalidades
de base más insegura que son proclives a verse contaminado por todo esto. La
falta de confianza mina la autoestima, es fuente de frustración continua y,
literalmente, se convierte en un "sin vivir. Es importante no dejarse
envenenar por todo esto. Veamos algunos aspectos que podemos trabajar.
Aspectos a trabajar
-- Trabajar la autoestima y la
seguridad en uno mismo, conforma la base para cualquier relación sana tanto con
uno mismo como con los demás.
Si te sientes víctima de los
celos es importante que entiendas lo siguiente:
-- Tu
pareja te ama y te elige. Si no fuera así, no estaría a tu lado. Si alguna
vez esto cambiase, no podrás hacer nada para retenerla. El amor no es sinónimo
de posesión.
--Todos
somos celosos hasta cierto punto pero no debes permitir que se apoderen de
ti.
--Jamás dejes
de hacer cosas que te gustan por los celos de tu pareja.
--NO conviertas
la presunción en certeza.
--Confía
en tu intuición pero no te hagas esclavo de ella.
--Evita
pensamientos tóxicos.
--Acepta
que eres digno de ser amado.
Si sientes que los celos se apoderan
de ti y no te encuentras con los recursos adecuados para salir adelante, tal vez,
deberías plantearte la opción de acudir a un especialista, en ese caso y si así
lo decides, estaré encantada de poder ayudarte. presbiciaemocional@gmail.com