Esta declaración, junto a una
conversación con una buena amiga hizo que me planteará la opción acerca de
tratar este tema y plantear algunas cuestiones: ¿Es cierto eso que dicen, de que
nos va que nos lo pongan difícil?, ¿Por qué algunas mujeres parecemos caer rendidas ante estos perfiles de
hombre-imposible?, ¿Que tiene el “malote” para que
resulte irresistible a determinadas féminas? Y lo más importante, ¿Por qué
algunas mujeres parecen no aprender y quedarse ancladas en este tipo de
relaciones nada productivas?
En este post, hablaremos sobre el
perfil de estos sujetos, sobre su forma de proceder y sobretodo, sobre ciertas
cuestiones que uno debería tener en cuenta si pretende relacionarse con ellos. El objetivo, más allá de presentar
la psicología de estos sujetos y concienciar a los lectores de las
repercusiones que puede tener establecer relaciones afectivas con estas
personas es, sobretodo, desmitificar algunos mitos con respecto a esta temática.
¿Me acompañas?
El perfil del cabroncete triunfador: el macho alfa elevado a la enésima
potencia
Biológicamente
estamos predispuestas a buscar los mejores genes, aquellos que nos reporten un
mayor beneficio en pos de la continuidad de nuestra especie. Es lo
que conocemos en el reino animal bajo la nomenclatura de “Macho alfa”, término, que
sirve para designar al animal de la
manada que ocupa la posición de líder y que es respetado y obedecido por el
resto de grupo. Representa aquel que posee los mejores genes, aspecto que como
ya hemos comentado anteriormente es altamente valorado por el grupo, hecho que
les concede ocupar el primer puesto en la manada y la oportunidad de recibir rituales
reverenciales entorno a sus cualidades. Los machos alfa poseen mayores
concentraciones de testosterona en sangre con respecto a su grupo de iguales.
Extrapolado a los humanos
adquiere un matiz algo más complejo, nosotros tendemos a vincular este concepto
con aquellos rasgos de extrema masculinidad, es decir, hombres fuertes, con cuerpo
musculoso, actitud de liderazgo y poder; sujetos indomables con aires de
altivez.
Suelen ser personas con carisma, altas habilidades sociales, seguridad en si mismos, resolutivos y rápidos en ejecución, unido a un halo de misterio y rebeldía que despierta la fascinación y atracción de muchas personas, sobretodo, aquellos perfiles que carecen justamente de todos estos atributos.
Suelen ser personas con carisma, altas habilidades sociales, seguridad en si mismos, resolutivos y rápidos en ejecución, unido a un halo de misterio y rebeldía que despierta la fascinación y atracción de muchas personas, sobretodo, aquellos perfiles que carecen justamente de todos estos atributos.
Nuestra sociedad patriarcal, junto
al falocentrismo imperante, ha contribuido a que durante generaciones el
mensaje que hombres recibían es que para triunfar debían mostrar su hombría y
parte de ella, radicaba en el hecho de “no llorar”
dado que era considerado una actitud de "niñas" y por tanto, les hacia parecer débiles. Estos mensajes han contribuido
a que muchos hombres, a día de hoy, tengan extremas dificultades en gestionar sus
emociones, manifestar el afecto y expresar sentimientos.
Generalmente y llevado al extremo
patológico suelen obedecer a aquellos perfiles de tipo narcisista, comentados
en post anteriores, o de tipo antisocial, aquellas personas amorales
relacionadas con la ilegalidad.
Pero ¿Todas buscamos al macho alfa?
El prototipo
que durante generaciones se asoció a feminidad, personas dulces, empáticas, cariñosas,
protectoras, entregadas, altruistas, bondadosas y sobretodo, maternales, aun existe, aunque
no se potencian tanto estos rasgos, para fortuna de muchos.
Suelen ser
mujeres con un perfil inseguro, carencia de autoestima y limites. Bajo esa
inseguridad se esconde la necesidad de protección y quien mejor que un alfa
para proporcionársela. Evitativas
y dependientes, muchas veces actuando bajo la falacia de "lo cambiaré con altas dosis de amor", sienten una gran fascinación
hacía sujetos de carácter impulsivo e arriesgado.
Sin
embargo, y afortunadamente no es cierto que todas las mujeres busquemos esto,
la edad y la experiencia le ayudan a uno en su proceso de aprendizaje. Con los
años, muchas, aprendemos a silenciar nuestro instinto en pos de nuestro
bienestar, mientras que otras, por fortuna jamás se sintieron atraídas hacia
este tipo de sujetos.
Es
cuestión de piel y como todo, tiene una explicación biológica, determinadas mujeres
somos más sensibles a determinadas hormonas que hacen que te resulte atractivo estos sujetos, perdiendo en ocasiones el norte y despertando tu fiera interior.
En base al ensayo error, muchas, acabamos aplicando el
raciocionio y aprendemos a vincularnos con un mayor criterio de elección, otorgando primacía al respeto, la admiración y la igualdad en las relaciones afectivas. Las que no son capaces de hacer este ejercicio de madurez acaban pagando las extremas consecuencias de vincularse de este modo.
Peligrosidad de estos perfiles
Esta necesidad de domino asociada al "machote"
pueden desembocar en relaciones vejatorias, y ninguneantes que le dejan a uno
la autoestima minada.
La
necesidad de querer tener siempre la última palabra, la incapacidad para admitir
la crítica ni los errores, hacen que
establezcan relaciones de subordinación resultando prácticamente
insoportable al que lo sufre.
La extrema
necesidad de recibir pleitesía alimentando su ego en base del menosprecio
del otro, camuflando su propia inseguridad de
grandilocuencia, unido a un sexo deshumanizado donde es frecuente
las conductas de tipo vejatorio, dado que el otro simplemente actúa como objeto para
satisfacer sus necesidades egoístas, hacen que lo que un día nos atrajo, pueda con el tiempo, resultar
una auténtica tortura.
Son
personas vacías interiormente, con altas carencias afectivas y enormes
dificultades para implicarse emocionalmente con los demás buscando compensar esa
carencias presentándose al mundo como seres superiores. Incapaces de demostrar
lealtad, es habitual las conductas de tipo promiscuo. Se deduce, por tanto, que establecen relaciones que llevan asociado
desgaste y sufrimiento.
Conclusiones
Afortunadamente,
el tiempo de las cavernas quedó obsoleto, en la actualidad abogamos por
relaciones igualitarias donde prime el respeto y la admiración mutua, donde no
haya que rendir cuentas en pos de pertenecer a nadie, donde se respeten los
límites y los espacios de individualidad. Las mujeres actuales buscamos un
compañero que nos proporcione estabilidad y no que nos arruine la
existencia.
Afortunadamente cada vez existe mayor sensibilización y conciencia social con respecto a estas temáticas aunque todavía se ha de hacer un gran trabajo.
Afortunadamente cada vez existe mayor sensibilización y conciencia social con respecto a estas temáticas aunque todavía se ha de hacer un gran trabajo.
"Si buscas que te devoren que sea algo consensuado y siempre desde el juego"