lunes, 26 de enero de 2015

¿Puede amar un narcisista?



Te escogerá entre la multitud, te desarmará con sus palabras y te controlará con su presencia. Te sonreirá y te engañará y luego te atemorizará con su mirada y cuando haya acabado contigo, que ten por seguro que lo hará, te abandonará llevándose consigo tu inocencia y tu orgullo. Durante mucho tiempo, te preguntarás que pasó y que hiciste mal. Te dejará más triste pero no más sabio. Y después, si alguien volviera llamar a tu puerta, ¿abrirías?

Aunque si bien es cierto que esta famosa cita magistral, del doctor Robert Hare, hace alusión a las personalidades de tipo psicopático, he creído conveniente citarla al inicio del post, puesto que considero es la sensación que a uno le queda cuando ha tratado de cerca, con personalidades de este tipo, sujetos explotadores, como también es el caso, del sujeto narcisista.

Veamos en que consiste el narcisismo. ¿Cuales son sus principales características de personalidad?, ¿Es cierto que son incapaces de amar?, ¿A quién escogen como pareja?, ¿Es el narcisista un buen amante? Intentaré dar respuesta a todo esto en este artículo.

De los orígenes del narcisismo hasta nuestros días

El termino narcisismo proviene del antiguo mito griego donde se cuenta que Narciso, un joven altivo y vanidoso admirado por su belleza, desprecia el amor de una joven y es castigado por los dioses a que nunca pueda amar a nadie. Absorto ante su propia imagen reflejada en el agua de una fuente llega a consumirse, transformándose en la flor que lleva su nombre.
La sociedad actual favorece el individualismo alentándonos a situar nuestras necesidades en primer lugar. Características como la seguridad en uno mismo, la persuasión o la capacidad de competición son altamente valoradas. Pero ¿qué es exactamente el narcisismo? Veamos en qué consiste.

Características del narcisista

Los sujetos narcisistas utilizan herramientas como la simpatía, el encanto, la manipulación, el engaño, la mentira o la seducción para agradar al otro.
Se consideran a sí mismo seres extraordinarios, sintiendo un fuerte deseo en ser admirados, es por ello, que esperan un trato distinguido por parte de los demás, siendo habitual que se otorguen licencias para explotar a los otros a quienes consideran fieles siervos que han de rendirles pleitesía.
Especialistas en detectar las debilidades ajenas, no dudarán en hacer uso de ellas en su propio beneficio.
Se caracterizan por ser extravertidos, poseer grandes habilidades sociales, ser ambiciosos, emprendedores, competitivos y con actitud de liderazgo. Siendo frecuente que despierten la admiración entre determinados colectivos y personalidades.
Suele ser habitual que ocupen cargos importantes en el mundo de la abogacía, las finanzas, los deportes o la política.
Para el narcisista sólo hay un objetivo y es llegar a ser “el número uno”. Necesitan destacar, ser los mejores y recibir el reconocimiento adecuado a ello. Sueñan con llegar a la cúspide, con alcanzar el éxito. Las fantasías de grandeza forman, por tanto,  parte de su repertorio cognitivo.
Aduladores, embaucadores y astutos te seducen con lo que quieres oír para tenerte de su parte. Mostrándose sólo amables, con aquellos de los que pueden obtener un beneficio o los que les demuestren lealtad siguiendo el “camino del líder”
Presentan ausencia total de empatía. No teniendo ningún reparo en explotar al otro si es en beneficio propio. Carecen de escrúpulos, utilizando la devaluación como medio para alimentar su superioridad.
Lejos de ser un sujeto estable suelen ser bastante volubles siendo frecuentes los estallidos de ira, sobretodo, si reciben evaluación negativa por parte de los demás, aspecto que no soportan, llegando a vivirlo como una humillación.
No toleran la debilidad y la dependencia. Incapaces de reconocer sus propios errores únicamente solicitan intervención psicológica si su ego se ha visto muy herido. Por ejemplo si su pareja les deja.
Su actitud altiva y de desprecio, junto con sus delirios de grandeza hace que algunos lo vean como arrogantes, vanidosos y con ausencia total de humildad, lo que provoca cierta animadversión por parte de algunos.

El narcisista y el amor. ¿Puede un narcisista amar?
Su ausencia total de escrúpulos, su frialdad afectiva, el considerarse un ser extraordinario y superior les lleva a que sea muy difícil por no imposible sentirse enamorados.
Únicamente sentirá admiración hacia aquellas personas de las que pueda obtener prestigio, la pareja será vista entonces, más como un premio, un objeto, que no  como un ser real de carne y hueso, con debilidades y fortalezas.
Disfrutan del proceso de seducción, son especialistas en la fase del cortejo, resultando frecuente que abandonen a la presa una vez conseguida, dado que pierden interés.

Incapaces de amar y comprometerse, nunca van a establecer una relación de igual a igual, el siempre va a querer llevar el control y dominar puesto que se considera poco menos que un Dios.
Las personas con las que se relacionan amorosamente verbalizan sentimientos como desconcierto o indefensión tras la relación. Te aturden y manipulan a su antojo. Pero, ¿Quién estaría dispuesto a salir con un narcisista? ¿Cómo es la pareja que escoge?

La pareja del narcisista
Con todo el panorama expuesto el lector se planteará quién puede amar un sujeto con estas características.
El narcisista establece vinculación afectiva con personalidades dependientes o autodestructivas, es decir, perfiles acostumbrados a soportar y atribuirse la culpa. Las relaciones que se crean son de tipo parasitario siendo altamente tóxicas.
Sólo personas con un bajo amor propio podrán soportarlo. Perfiles maternales y personas que suelen ocupar puestos como profesora, enfermera, psicólogas o cuidadoras.

El narcisista y el sexo
Son frecuentes conductas promiscuas y las infidelidades. 
Las conductas sexuales que tienen suelen ser  de tipo deshumanizado. Siendo habitual las experiencias peculiares o vejatorias. El otro, sólo es un siervo que alimenta su ego. Está ahí para satisfacer sus necesidades.

A modo de conclusión
El perfil planteado en este post responde al de un sujeto narcisista extremo. El narcisista perverso. Quiero aclarar que, como todo, es un continuum y que determinados rasgos narcisistas pueden ser positivos en algunos aspectos.

Sin embargo, el tipo de persona descrita en estas líneas es aconsejable mantenerlo a cierta distancia para no sufrir sus consecuencias.

Si te has visto expuesto a un tipo de relación así y no te encuentras con las herramientas de salir de esto no dudes en contactar conmigo. presbiciaemocional@gmail.com

Gracias por leerme!

jueves, 15 de enero de 2015

¿Qué sucede cuando nos enamoramos?


 
 

“Lo más grande que puede ocurrirte es que ames y seas correspondido”


El tema del amor nos ha acompañado a lo largo de la historia resultando fuente de inspiración para muchos de nosotros. Cantamos, escribimos, suspiramos, sufrimos, matamos e incluso morimos por amor… Pero ¿es el amor una fuerza tan poderosa?, ¿Sabemos qué ocurre cuando nos enamoramos?, ¿Qué significa estar enamorado?, ¿Es el amor un sentimiento universal o cambia según la cultura?, ¿Qué papel juega en todo esto nuestro cerebro?, ¿Qué hormonas intervienen en el proceso de enamoramiento?, ¿Es lo mismo amar que estar enamorado?

En este artículo se abordarán algunas de estas cuestiones.


Enamorarse

Estar enamorado es una experiencia única y maravillosa, siempre y cuando, sea correspondido.

El enamoramiento es un estado que se suele dar al inicio de una relación amorosa. Se caracteriza, por un fuerte sentimiento de atracción hacia la otra persona, un proceso de idealización y magnificación del otro, al cual, percibimos como ser único e insustituible y una actitud de compromiso caracterizada por la unión, la entrega y la fusión con el otro, todo esto, acompañado de una fuerte sensación de euforia y bienestar.

Durante el enamoramiento se producen una serie de alteraciones en nuestro organismo a diversos niveles. Por ejemplo: a nivel cognitivo encontramos que nuestra percepción se ve alterada, se exacerba nuestra sensibilidad y son frecuentes los pensamientos  obsesivos en torno el objeto amado. A nivel fisiológico, se producen taquicardias, palpitaciones, incremento del ritmo respiratorio y aumento de nuestra presión sanguínea, entre otros.

Los expertos señalan que los primeros  6-9 meses es cuando esta sintomatología se ve más acusada llegando a durar como máximo, todo este proceso, unos 2 años aproximadamente.

Veamos ahora que ocurre a nivel cerebral…

 
La química del amor: hormonas y áreas implicadas

Durante la fase de enamoramiento se van a ver implicadas determinadas áreas cerebrales y hormonas que van a tener un papel fundamental en todo esto.

El circuito del placer o circuito de recompensa (CR) desempeña un papel clave. Se trata de un circuito cerebral, compuesto entre otros,  por la amígdala, más conocida como el “cerebro emocional” y el área tegmental ventral, entre otros. Este circuito es compartido con la gran mayoría de los animales, y está formado por un complejo entramado de vías nerviosas cuyo neurotransmisor fundamental es la dopamina.

El incremento de los niveles de dopamina en determinadas áreas del cerebro, ocasiona efectos euforizantes o de refuerzo positivo lo que conlleva una intensificación en la sensación de placer y hace que el sujeto tienda a volver a repetir la conducta. Es decir, en presencia del objeto amado, liberamos dopamina activando nuestro CR y provocando que queramos repetir.

Además de la dopamina hay otras hormonas que también tienen un papel importante en el enamoramiento como seria: las endorfinas, analgésico natural que se encarga de producirnos sensación de relajación y bienestar en compañía del sujeto amado, la serotonina que disminuye durante el estadio inicial de enamoramiento  provocando que aumenten los pensamientos obsesivos entorno al enamorado, la testosterona que se ve igualada en ambos sexos, mientras en el estadio inicial de enamoramiento en el hombre disminuye, en la mujer aumenta, lo que provoca que ambos tengan más ganas de relacionarse sexualmente que en posteriores épocas de la relación, o la oxcitocina liberada principalmente durante el orgasmo que favorece la creación de vínculos afectivos.

Como vemos nuestra química cerebral va a tener un papel determinante en el proceso de amor.


¿Tiene la cultura un papel tan determinante en todo esto?

Recientes estudios han demostrado que no existen diferencias significativas en cuanto a las alteraciones cerebrales que se producen en el cerebro del enamorado. Es decir, en contra de la creencia popular, nos enamoramos igual con independencia de cual sea nuestra procedencia.

Sin embargo, nuestra cultura si va a jugar un papel muy importante a la hora de determinar a quien escogemos como pareja, es decir, que atributos solemos dar mayor importancia para escoger a nuestro compañero y como lo expresamos. Así pues, la cultura condiciona en cuanto a la elección y la expresión del amor.


¿Es lo mismo amar que estar enamorado?

Estar enamorados, como decíamos al inicio del escrito, puede resultar una experiencia única y maravillosa, sin embargo, esa exaltación inicial, con el tiempo se ve atenuada y puede dar, o no, paso al amor. Amar y estar enamorado no es pues lo mismo.

Amar al otro es verlo desde un prisma algo más objetivo pero con mayor seguridad que bajo la enajenación del enamorado. Amar implica un mayor conocimiento del otro, incorporando también aquí sus partes no tan virtuosas pero con una mayor aceptación. Implica una elección voluntaria de que el otro sea nuestro compañero. E implica algo más duradero y más real tal vez que el simple hecho de estar enamorado. Es pues una experiencia distinta pero igual de única.

 

 

 

 

 

viernes, 9 de enero de 2015

¿Puede el amor ser una addicción?


Amores que matan:
“Cuando el amor se convierte en adicción”

“Te quiero más que a mis ojos,
Te quiero más que a mi vía,
Más que el aire que respiro
Y más que a la mare mía”

¿Puede el amor ser una adicción?

Adicción es una palabra que no nos gusta, implica aquello que escapa de nuestra vigilancia, y generalmente, solemos asociarlo con la imagen del típico heroinómano que ha perdido el control de su vida, siendo esta, altamente autodestructiva y convirtiéndole en un esclavo  hacia aquello de lo que depende.
Este patrón de funcionamiento, podemos extrapolarlo a determinadas  formas de vincularnos que acarrean consigo desgaste y sufrimiento y que si uno no pone límites a tiempo, da lugar a serias consecuencias ,tanto a nivel físico como mental, pudiendo incluso, resultar fatales.
Se trataría de lo que en psicología conocemos con el nombre de dependencia afectiva, dependencia emocional o, simplemente, adicción al amor.


¿En qué se basa la dependencia emocional?

La dependencia afectiva es un patrón o forma de vinculación, altamente destructiva caracterizada por: la sumisión,  la abnegación, el sometimiento y la servidumbre para con el otro, situando a este, como centro de nuestra  existencia.

El objeto amoroso es altamente idealizado, siendo este, el único  causante de nuestra felicidad y llegando a controlar las emociones de la persona. Los comportamientos obsesivos entorno al objeto amado son habituales, ejemplos de ello serian las frecuentes llamadas, la necesidad del acceso constante al otro, el que este ocupe todos los nuestros pensamientos, o la necesidad de recibir “muestras de amor”. Este tipo de actuaciones suele responder al miedo o temor a ser abandonados.

Las personas dependientes tienen una alta tolerancia al sufrimiento teniendo poca consideración de su integridad personal y  llegando a soportar cosas que otra persona, por pura supervivencia, no aguantaría. Son habituales, las justificaciones de los desprecios del otro, los esfuerzos heroicos por mantener la relación y la atribución de culpa, esto último, les genera la falsa sensación de control, dado que si ellos son los culpables pueden hacer algo para corregirlo, de ahí los esfuerzos por mejorarse, por seguir complaciendo, creen que por medio del amor el otro cambiará, tienen bajo amor propio.
Las relaciones de este tipo son dramáticas, llenas de excitación, sufrimiento y un alto grado de erotismo y sexualidad. El sexo es el vehículo de unión actuando este como reforzador del vínculo.

 Aunque si bien es cierto que se da en ambos sexos, este fenómeno, parecer ser más común entre mujeres, que además, suelen responder al papel o rol en la relación de “salvadoras”, psicoterapeutas  o madres.
La sociedad  occidental favorece  el ideal de amor romántico caracterizado por la fusión con el otro, la  entrega absoluta o la idea de que sólo existe un ser con el que seremos felices, nuestra “media naranja”.
 
Parejas de las dependientes

La voracidad por ser amado unido al proceso de idealización del otro, les lleva proyectar en el objeto amado lo que buscan y no pararse analizar con quién realmente están.
Suele ser frecuentes que se vinculen con depredadores, narcisista y  explotadores, es decir, personas emocionalmente inadecuadas, adictos al trabajo, al alcohol u/o otro tipo de sustancias, promiscuos o aquellos que por diversas causas no pueden amarlas, es decir, sujetos que resultan inaccesibles emocionalmente. Además, rechazan a cualquiera que no les aporte ese “vértigo” que todo adicto necesita sentir, el chute de adrenalina diaria que necesitan para subsistir. La gente buena les resulta “aburrida”.
Al inicio de la relación, se produce un alto grado de excitación y euforia fruto de la ilusión desmedida. Sin embargo, los miedos al abandono pronto aparecen, haciendo que cada vez la persona se vuelva más sumisa con el fin de mantener el vínculo.
Algunas de las consecuencias que acarrean el mantenimiento de este tipo de vinculación son: a nivel físico: anemias, descalcificación ósea, aumento del cortisol, problemas digestivos, problemas dermatológicos como erupciones cutáneas y un largo etcétera; por otro lado, a nivel psicológico encontramos: cuadros ansiosos, depresivos, dificultades para conciliar el sueño y alteraciones alimentarias, aunque sin duda,  la esfera más repercutida es la autoestima y la integridad de la persona, siendo necesario un importante trabajo en este área.
 
Conclusiones:
Si te has sentido identificada/o con estos escritos quiero que recuerdes que:

--Todos en cualquier momento nos podemos ver envueltos en un tipo de relación así.
--Estar enamorado no es igual a sufrir. Esto debería ser una experiencia única y maravillosa que poder disfrutar.
--Eres una persona digna que merece ser tratado con respeto
_Nadie es más que tu ni debe hacerte sentir mal

-- Tú eres el responsable de poder cambiar todo esto y yo te aseguro que se puede. Sólo necesitas altas dosis de paciencia y fe en tu proceso de cambio =)

“A todos aquellos que ya sea con o sin sustancia, un día, vencieron sus dependencias”