domingo, 25 de noviembre de 2018

Los Micromachismos




“Las leyes son como las mujeres, están para violarlas", alegaba hace unos años, un alto cargo en la política española que dimitía días después. El ejemplo, tal vez un tanto extremo, pone de manifiesto que permitirse la licencia para expresarse de tal modo, lleva implícito, parte de nuestro acervo cultural. Tal vez, estas palabras no maten, en el sentido literal del término, pero la huella que dejan resulta difícil de borrar…
Desde el año 99, cada 25 de noviembre, se conmemora el día mundial de la violencia de género, de acuerdo con la aprobación de la ONU y desde esa fecha, hasta ahora, cada año se llevan a cabo multitud de protestas e iniciativas con el objetivo de dar voz y visibilizar una realidad todavía muy presente en nuestras vidas. Este día, nace como recuerdo a las hermanas Mirabal, asesinadas por orden del dictador Trujillo, en 1960.
La violencia contra la mujer, tal como ha quedado de manifiesto, sigue estando presente muchos años más tarde, con múltiples vestigios de este, ya sea: en forma de agresiones, abusos y/o, como datos más espeluznantes: las muertes que cada año se cobran en nuestro país. Sin embargo, también existen otras formas más sutiles, en ocasiones imperceptibles, que causan daño en quien lo padece. Son formas sibilinas y silenciosas, en muchas ocasiones normalizadas, conocidas con el término de micromachismos que no por el hecho, de ser “micro” implican menor intensidad de daño, ya que suelen ser, en la mayoría de las ocasiones, caldo de cultivo de vinculaciones altamente tóxicas que pueden dar lugar a formas más nefastas de maltrato. En una sociedad todavía patriarcal, con claros indicios de subordinación de la mujer frente al hombre, donde ciertas actitudes y conductas son normalizadas y ni siquiera detectadas, aprender a interpretar estas sutilezas, nos será de gran ayuda para actuar. Es importante entender que es una realidad y que absolutamente NADIE, estamos inmune a vernos expuestos a él. Hablemos de los micromachismos...


Qué es el micromachismo

El término micromachismo empezó a utilizarse a principios de la década de los 90, término que creó el psicólogo Luis Bonillo, haciendo referencia a aquellas “pequeñas tiranías quasi-imperceptibles, debido al grado de consentimiento, que buscan demostrar la superioridad del hombre frente a la mujer”, y a la que todavía hoy día se sigue considerando el “sexo débil”. Se trataría de todas aquellas actitudes de tipo sexista, encubiertas y culturalmente aceptadas. El micromachismo, como tal, está considerado un tipo de “violencia blanda”. Lo que busca la persona que tiene este tipo de comportamientos es:

-- Imponer y mantener su supuesto dominio y superioridad frente al otro.
-- Reafirmarse en el rol del “fuerte”.
-- Erradicar cualquier supuesto aumento de poder por parte del otro, debido, en parte, al beneficio
    secundario que obtiene de ser el “fuerte”
-- Aprovecharse de ciertos “prestigios” al ser el “privilegiado”.
-- Hacer uso del “rol de cuidador” asignado históricamente a la mujer.

Ejemplos de micromachismos en nuestro día a día

Veamos a través de algunos ejemplos claros, como el micromachismo es palpable y visible en TODAS y cada y una de las esferas de nuestra vida, ya sea en forma de actitudes, conductas y/o pensamientos.

1. Brecha salarial: En España, las mujeres seguimos cobrando,  en la mayoría de los gremios, entre un 20 y un 30 % menos, con respecto al hombre, por una misma categoría profesional.

2. Ocupación de altos cargos directivos: Pese a que cada vez, hay más estudios que corroboran que la mujer tiene más formación que el hombre, esto a efectos prácticos no se ve reflejado, ya que en el 90% de las empresas, los altos cargos directivos están ocupados por hombres. Se conoce con el término de “techo de cristal” y hace referencia a esa “barrera invisible” pero perceptible que, con independencia de su valía, limita el ascenso laboral a la mujer por el mero hecho de serlo, suponiendo una traba en su carrera y desarrollo profesional.

3. Conciliación familiar: Las políticas de conciliación familiar de las empresas, rara vez tienen en cuenta al hombre, dando por hecho que es la mujer la que lleva el peso del hogar, resultando doble carga, trabajo en casa y fuera de ella, sin apenas ayudas.

4. Uso desigual de las tareas domésticas: Pese a que cada vez hay mayor conciencia por parte del hombre, la mujer sigue llevando en el 80% de los casos, el peso del hogar, existiendo un reparto desigual de las tareas domésticas. Además, dando por hecho que es “función de ella” palpable también en expresiones como “ya te ayudo yo a hacer la cama” como si “hacer la cama” por poner un ejemplo, tuviera que ser tarea de ella.

5. Uso sexista del lenguaje: Perceptible en el día a día y en el uso que hacemos del mismo, pasando desde la predominancia del género masculino sobre el femenino, un ejemplo práctico también sería la distinción entre señorita y señora, no aplicable a la inversa, pasando por el uso de determinados calificativos que, en género masculino tienen un significado positivo y en género femenino es peyorativo (cojonudo frente a coñazo, hombre público frente a mujer pública).

6. Baño de mujeres: Donde podemos ver el símbolo de cambiador de bebés, que no aparece en el de hombres, dando por hecho que esta tarea recae en nosotras.

7. Uso del espacio público: El sexismo también presente en el uso de los espacios públicos, otorgando beneficios al hombre frente la mujer. Pensemos en la creciente tendencia del hombre a sentarse con las piernas abiertas en espacios públicos como el metro o, los bancos como si el espacio fuera suyo, resultando muy incómodo para las personas de alrededor. La mujer en cambio, suele ir de piernas cruzadas. 

8. Importancia de la imagen en los medios y la sociedad: A nosotras se nos exige además de la formación pertinente “ser guapas” y “permanecer jóvenes y atractivas” aspectos, que se relacionan con el “éxito femenino”, mientras a ellos, no.

9. Prejuicios entorno a nuestra indumentaria: Se nos juzga en función de cómo vestimos, siendo el tema principal en multitud de comparecencias públicas, donde lo importante es el contenido verbal, quedando éste, relegado a un segundo plano.

10. Hipersexualización de la figura de la mujer: Presente en medios y campañas publicitarias donde el cuerpo de esta es utilizado como reclamo para vender ciertos productos o artículos. Y también, en nuestro día a día, pensemos en las entradas a discotecas donde la chica no paga por entrar y el hombre sí.

11. Campañas publicitarias: Hace un tiempo una empresa española lanzó unas camisetas donde se leía “es inteligente como papá”, “bonita como mamá”. Se da por hecho que el rosa es de chicas y el azul para chicos. A nosotras nos anuncian cosméticos, a ellos coches, y así… multitud de ejemplos.

12. Uso de nuestra sexualidad: Si la mujer expresa abiertamente su vivencia libre de la sexualidad es juzgada de forma diferente a si es el hombre, el que lo hace. Ella es una “fresca” es “fácil” él, es “un semental” un “Don Juan” alguien “muy sexual”.

13. Actitudes paternalistas y/o controladoras por parte de la pareja: Indicativos que demuestran que él es el “fuerte” y por tanto el que “tiene que proteger”.

14. Otorgar al hombre el monopolio de la “razón” por el simple hecho de serlo.
     
15Comentarios denigrantes. Preguntar a una mujer si “está con la regla” cuando le responden con desgana o desaire. O tildar de “histérica” ante cualquier actitud de enfado por parte de esta, con el fin de eximirse de culpas y quitar hierro a asuntos que pueden ser dolorosos.

16. Amor romántico: Presente en nuestros libros, canciones, cines, donde el amor todo lo puede y es lo más grande de la vida. En donde la figura de la mujer, muchas veces está incompleta sino tiene una vinculación de pareja y donde, debe consentir y, sobretodo, “aguantar” ciertas actitudes en nombre del amor.

17. Rol de cuidadora: Otorgado históricamente a la mujer, proveedora de cuidados a los demás.
  
Podríamos seguir, pero el post no acabaría nunca…. Veamos ahora las consecuencias de todo. 

Consecuencias del micromachismo

Hacerse consciente de todo esto que está tan vigente es importante porque conlleva grandes secuelas emocionales como:
        --- Minar nuestro potencial como ser humano.
        --- Sentimiento de incapacidad e impotencia.
        --- Disminución de nuestro desarrollo personal.
        --- Limitación de nuestras libertades.
       --- Creencia e interiorización de que estamos en segunda escala.
   --- Posibles cuadros de fatiga crónica por sobreesfuerzos ante tareas que deberían estar repartidas y/o sensación de poco apoyo social.
     --- Desmoralización y su correspondiente repercusión en autoestima y autoconcepto, así como, gran sensación de impotencia.
                                                                                                           ¡ACTUAR ES IMPRESCINDIBLE!

Cómo erradicarlo

  1. Implantando políticas de igualdad que trabajen y conciencien sobre esto.
  2. Realizando campañas de prevención de estas. El trabajo desde las bases es muy importante. Por tanto, las escuelas tienen un papel prioritario en establecer una educación basada en la igualdad de géneros. Los profesionales del sector luchamos por que esto sea posible.
  3. Campañas de reeducación a población general. Con el fin de erradicar y detectar el machismo, fomentando la igualdad y equidad en ambos géneros.
  4. Implementando recursos de apoyo psicológico a aquellas personas que se encuentran aquejadas por el mismo, así como, centros de reeducación.
Trabajar en ello es trabajar por la evolución social, los grandes cambios no son cuestión de un día, pero con perseverancia se consiguen. ¡Hagámoslo posible

Porqué casos como el de Nagore Laffage, La Manada, Juana Rivas, Diana Quer, Ana Orantes y a todas aquellas sin nombre que lo sufren en silencio y por vergüenza no hacéis oír vuestra voz, seguiremos luchando, porque el cambio es posible. Hermana, yo sí te creo.


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