miércoles, 24 de octubre de 2018

Necesitamos más educación afectivo sexual en las escuelas

“El día que entendamos que solo mediante la suma de esfuerzos,
      de profesionales del sector, lograremos el cambio que queremos,
ese día, el mundo será un poquito mejor”


Desde hace unas semanas, he retomado mi actividad como docente, en los diferentes centros educativos que conforman el municipio de Cornellá de Llobregat. Entre mis principales funciones, se encuentran la elaboración e implementación de programas de educación afectivo sexual en los diferentes centros educativos del municipio, así como, la impartición de jornadas formativas en educación sexual, tanto a alumnos de Primaria, Secundaria y Bachillerato, como a profesores y padres, además de talleres en centros para jóvenes. Además de ello, coordino y elaboro el posterior proyecto técnico, para el Ayuntamiento, con vistas a mejoras para cursos posteriores. Actividad que realizo, en colaboración, junto a la fundación IReS y el Ayuntamiento de Cornellá.

Nuestro principal objetivo compartido es empoderar y crear conciencia social hacia una temática que, lamentablemente, aún queda mucho trabajo por hacer. Tal y como describo en el título del post, necesitamos más educación afectivo sexual en las escuelas, entendiendo ésta, no solo como un derecho que lo es, sino también, como una prioridad y, además, de urgencia. A continuación, procedo a traduciros un artículo que publiqué el pasado mes de agosto para social.cat, un diario del tercer sector, aquí en Catalunya.





La educación sexual: un derecho, una prioridad.

“Los jóvenes continúan concibiendo la sexualidad como un tema tabú del cual no pueden hablar de forma abierta con los adultos. Asocian sexualidad, únicamente con tener relaciones sexuales o, con lo que ellos entienden como “sexo”, con una visión muy genitalizada y coitocentrista de los encuentros eróticos.”

“La concepción de relaciones de pareja está muy influenciada por un modelo procedente de los ideales de amor romántico, muy presentes en nuestra sociedad occidental que alimentan un ideal, alejado de las relaciones de tipo igualitarias, fomentando, aspectos como: la dependencia emocional o relaciones de tipo tóxico. Además, tienen tendencia a confundir amor y enamoramiento, equiparando ambos términos como si fueran sinónimos y, a presentar cierta tolerancia hacia el machismo y, un desconocimiento total de sus derechos sexuales”


Esta es la realidad que nos hemos encontrado durante el anterior curso lectivo 2017/18, donde hemos podido intervenir, en 24 de los 26 centros que conforman el total del municipio, de Cornellá. Pero,¿Qué está pasando para que a estas alturas continuemos así en materia de educación sexual?, ¿En qué estamos fallando?, ¿Por qué es tan importante la educación afectivo sexual?, y sobretodo, ¿Cómo tiene que ser esta intervención?


La importancia de la educación afectiva sexual

Recibir educación afectiva sexual de calidad, por parte de personal especializado, es un derecho, tal y cómo se desprende de los derechos sexuales humanos y reproductivos aprobados por la ONU, en 1997. La educación sexual permite a los jóvenes tomar decisiones fundamentadas en su propia sexualidad, la vivencia de ésta, su salud, aspecto que contribuye a empoderarlos y/o capacitarlos para hacer frente a su vida adulta.

A efectos prácticos, ¿En qué se traduce todo esto?

A pesar de ser reconocido como derecho, la realidad es bien diferente. Actualmente nos encontramos con un vacío formal, debido a que esta materia no se contempla desde el actual espacio curricular. Lo más alarmante de todo esto, no es que algunos centros educativos, afortunadamente, una minoría, no entiendan ni respeten este derecho, sino que los jóvenes no conocen sus derechos. El 100% de los alumnos con los cuales hemos intervenido, no sabían que recibir educación afectivo sexual de calidad era un derecho. ¿Si no conocen sus derechos, cómo pueden defenderlos? La respuesta es: no pueden.

El desconocimiento y la ignorancia nos debilita en frente del sistema. La educación afectivo sexual que actualmente se está ofreciendo en los centros, es en forma de formación extra, por parte de personal externo, generalmente, en una única sesión. Además, los contenidos no se continúan trabajando con los profesores, quiénes son, los verdaderos agentes promotores del cambio para el alumnado. Por tanto, al final, todo queda en una anécdota. Tenemos que concebir que la educación es la principal herramienta transformadora y ésta es la vía para conseguirlo, desde las bases pero con sinergias de colaboración mutua, entre personal especializado y equipo docente.

¿Cómo tiene que ser esta educación sexual?

En primer lugar, tenemos que entender que la sexualidad es mucho más que con quien tengo relaciones sexuales, o las prácticas que realizo. Sexualidad es: cuerpo, placer, emociones, relaciones, identidad, salud, responsabilidad, derechos, pero, sobre todo, ¡es diversa! La educación que se ofrezca tiene que ser integral. Tiene que recoger temas como la prevención y el afecto, el placer, el destierro de la visión genitalizada y el coitocentrismo imperante.
Tiene que favorecer las relacionas igualitarias, desterrando el machismo, educando en la diversidad sexual y desde la coeducación, luchando contra los roles estereotipados, erradicando el sexismo imperante de una sociedad que continúa siendo patriarcal, apelando en todo momento a la tolerancia y al respeto. Orientada, a formar una ciudadanía responsable y con criterio de elección acerca de la vivencia de esta.

Invertir en programas de educación afectivo sexual de calidad es una inversión positiva puesto que favorece el empoderamiento y el desarrollo de herramientas y recursos para hacer frente a la vida. Consideramos que la educación sexual tiene que ir ganando posiciones e integrándose como una parte importante y necesaria dentro del sistema educativo, donde no sólo se destine una sesión, sino que tendría que integrarse como contenido obligatorio en los espacios curriculares de los centros escolares puesto que cómo dice nuestro amigo y colega de profesión, Francisco Cabello “El conocimiento sexual nos hará libres”.


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