jueves, 26 de febrero de 2015

A propósito de Grey


Que 50 sombras de Grey es ya un fenómeno mundial, nadie lo pone en duda y, como siempre que aparece algo que suscita tanto interés, existen opiniones de todo tipo. Lejos de pretender hacer un examen exhaustivo de la trilogía y tratando de no posicionarme en exceso, lo cierto, es que a nivel sexual, sí que ha producido un cambio en la mentalidad de muchas mujeres, principalmente, y como sexóloga, que apuesta por la vivencia de la sexualidad de la forma más natural posible, me produce una gran satisfacción.
El libro, ha ayudado a que muchas mujeres descubran su sexualidad o empiecen a vivirla de un modo diferente, favoreciendo el autoconocimiento y permitiendo que se concedan permisos para experimentar nuevas prácticas, hasta ahora desconocidas, ya sea por: pudor, ignorancia, miedo, o simplemente, convicción.
El fenómeno literario no sólo ha disparado el interés general en la temática y las ventas de artilugios destinados a las prácticas sadomaso, sino que, ha conseguido acercar el tema al público general, a pesar, de ofrecer una versión bastante descafeinada de la misma, logrando normalizar, un tipo de prácticas que durante mucho tiempo se consideraron represivas, desviadas o simplemente tabú.
Aún y así, todavía existen falsas creencias con respecto a algunas cuestiones y es lo que pretendemos desmitificar en este post. En primer lugar, veremos en  qué consisten tanto la personalidad sádica como la masoquista de la personalidad, que ya adelantamos, que poco tiene que ver las prácticas de tipo sadomaso, donde primará el juego, la erótica, el poder y la seducción. Por último, abriremos debate para futuros artículos… ¿Empezamos?

La personalidad Sádica
El término sádico fue acuñado por primera vez por  Kraff-Ebbing  y debe su nombre al marqués de Sade. Noble, encarcelado por sus escándalos, crímenes y prácticas deshumanizadas de tipo sexual así como, por sus escritos en apología al maltrato.
El sadismo  consiste en la experimentación de  excitación a través de producir sufrimiento físico y psicológico al otro. Las personas sádicas se caracterizan por tener una gran necesidad de poder y dominio sobre los demás, a los que consideran fieles siervos que deben rendirles pleitesía.
Son personas competitivas, agresivas, altivas, crueles y deshumanizadas pero que gozan de un alto carisma y poder de seducción, resultando altamente atrayentes para algunos perfiles de personalidad, en especial aquellos que carecen justamente de lo que estos tienen, personalidades autodestructivas o dependientes.
Las fantasías sádicas empiezan en la infancia y los actos en sí cuando el sujeto es adulto joven. El curso suele ser estable pero los  periodos de estrés y depresión hacen que estos se acusen.
Es habitual que utilicen velas, látigos, pinzas u objetos punzantes para inmovilizar a sus víctimas. El coito es poco frecuente en sus prácticas, sin embargo, las violaciones son habituales y  en ocasiones pueden provocar la muerte a sus víctimas, aunque ésta en sí, no es el fin sino la nefasta consecuencia de sus actos abusivos.
Se trata como ya habrá podido comprobar el lector de un trastorno de personalidad grave que va mucho más allá de un  simple juego de rol.

¿Qué es ser masoquista?
Término también acuñado por Kraff Ebbing en honor a Leopold Masoch, escritor polaco que recibió una educación violenta y exigía a las diferentes mujeres con las que estuvo casado que lo golpearan fuertemente. Fue encarcelado por estrangular hasta la muerte a su última esposa.
Las personalidades masoquistas disfrutan con el hecho de ser humillados, azotados, atados y atormentados, es de este único modo como obtienen placer. Suele darse en gente con un nivel socioeconómico alto.
Se caracterizan por ser personas sufridoras, con atribución de culpa constante, generosas y sumisas que anteponen las necesidades de los demás a las suyas propias, dado que ni siquiera consideran tenerlas. Son buenos  en dar pero no recibir placer. Extremadamente complacientes resultando molestos, para algunos, suelen sentirse atraídos hacia quien les maltrata.
El masoquismo igual que ocurría con el sadismo es otro trastorno de personalidad muy grave en ocasiones con nefastas consecuencias que produce un grave sufrimiento a quien la padece y a los de su alrededor que pocas veces pueden hacer algo para ayudar a estas personas.
¿Y entonces?
Llegados a este punto, el lector se estará plateando que nos hemos desviado del tema, lo cierto es que me interesaba dejar claro ambas entidades antes de explicar que es una relación sadomasoquista, que como ya habrán podido deducir los lectores poco tiene que ver con todo esto.
Sin embargo y a pesar de lo expuesto, no es raro escuchar a nivel coloquial que la mejor pareja de un sádico resulta un masoquista y esto es una falacia. Al sádico no le gusta que disfruten y mucho menos hacer disfrutar, precisamente su  placer, como ya hemos comentado, lo obtienen de ejercer el control sobre el otro, produciendo, dolor, miedo y atemorización. Sólo cuando sabe que es dueño del otro sin su consentimiento disfrutará. Mientras que el masoca si que disfruta siendo humillado, por tanto, no son una buena pareja.
Veamos ahora que es una relación sadomasoquista.
Los juegos de rol llevados a la cama: Las relaciones sadomasoquistas
A grandes rasgos podemos decir que una relación sadomasoquista consiste en un juego de rol basado en la dominancia/ sumisión, donde puede o no existir alternancia de roles y suele implicar ataduras físicas o dolor erótico de mayor o menor intensidad.
Algunas de las prácticas más habituales serían el uso de cuerdas, con el objetivo de inmovilizar o producir cierto dolor en el otro, prácticas conocidas con el nombre de bondage, la utilización de  fustas, látigos y otros artilugios para azotar al otro.
Actitudes de servilismo ante un ama o dominatrix donde el otro se muestra sumiso y complaciente acatando órdenes, y otras prácticas como la tan conocida hipoxifilia o asfixia autoerótica y un largo etcétera.  Lo cierto, es que los límites entre el placer y el dolor son altamente difusos y muchas personas disfrutan con este tipo de prácticas.
Destacar que se trata, en todo momento, de una relación consentida y basada en la confianza mutua donde se consensuan y establecen unos  códigos previos. Las dos personas redactan un contrato o cuaderno donde se establecen los límites del encuentro, el tipo de prácticas acordadas, permitidas y consentidas… Todo está pactado, estructurado y acordado.
Las personas que tienen este tipo de prácticas pueden tener relaciones sexuales normativas a las que popularmente llaman Sexo vainilla.
A modo de conclusión
Gracias a 50 sombras ha acercado un mundo de la sexualidad, hasta ahora considerado oscuro, al público general, ayudando a muchas parejas a que se animen a probar ciertas prácticas.
Lo cierto es que todo ,siempre y cuando, sea consentido y con el propósito de pasarlo bien, en el sexo, debería valer.

 

 

 

 

 

 

 

 

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