viernes, 9 de enero de 2015

¿Puede el amor ser una addicción?


Amores que matan:
“Cuando el amor se convierte en adicción”

“Te quiero más que a mis ojos,
Te quiero más que a mi vía,
Más que el aire que respiro
Y más que a la mare mía”

¿Puede el amor ser una adicción?

Adicción es una palabra que no nos gusta, implica aquello que escapa de nuestra vigilancia, y generalmente, solemos asociarlo con la imagen del típico heroinómano que ha perdido el control de su vida, siendo esta, altamente autodestructiva y convirtiéndole en un esclavo  hacia aquello de lo que depende.
Este patrón de funcionamiento, podemos extrapolarlo a determinadas  formas de vincularnos que acarrean consigo desgaste y sufrimiento y que si uno no pone límites a tiempo, da lugar a serias consecuencias ,tanto a nivel físico como mental, pudiendo incluso, resultar fatales.
Se trataría de lo que en psicología conocemos con el nombre de dependencia afectiva, dependencia emocional o, simplemente, adicción al amor.


¿En qué se basa la dependencia emocional?

La dependencia afectiva es un patrón o forma de vinculación, altamente destructiva caracterizada por: la sumisión,  la abnegación, el sometimiento y la servidumbre para con el otro, situando a este, como centro de nuestra  existencia.

El objeto amoroso es altamente idealizado, siendo este, el único  causante de nuestra felicidad y llegando a controlar las emociones de la persona. Los comportamientos obsesivos entorno al objeto amado son habituales, ejemplos de ello serian las frecuentes llamadas, la necesidad del acceso constante al otro, el que este ocupe todos los nuestros pensamientos, o la necesidad de recibir “muestras de amor”. Este tipo de actuaciones suele responder al miedo o temor a ser abandonados.

Las personas dependientes tienen una alta tolerancia al sufrimiento teniendo poca consideración de su integridad personal y  llegando a soportar cosas que otra persona, por pura supervivencia, no aguantaría. Son habituales, las justificaciones de los desprecios del otro, los esfuerzos heroicos por mantener la relación y la atribución de culpa, esto último, les genera la falsa sensación de control, dado que si ellos son los culpables pueden hacer algo para corregirlo, de ahí los esfuerzos por mejorarse, por seguir complaciendo, creen que por medio del amor el otro cambiará, tienen bajo amor propio.
Las relaciones de este tipo son dramáticas, llenas de excitación, sufrimiento y un alto grado de erotismo y sexualidad. El sexo es el vehículo de unión actuando este como reforzador del vínculo.

 Aunque si bien es cierto que se da en ambos sexos, este fenómeno, parecer ser más común entre mujeres, que además, suelen responder al papel o rol en la relación de “salvadoras”, psicoterapeutas  o madres.
La sociedad  occidental favorece  el ideal de amor romántico caracterizado por la fusión con el otro, la  entrega absoluta o la idea de que sólo existe un ser con el que seremos felices, nuestra “media naranja”.
 
Parejas de las dependientes

La voracidad por ser amado unido al proceso de idealización del otro, les lleva proyectar en el objeto amado lo que buscan y no pararse analizar con quién realmente están.
Suele ser frecuentes que se vinculen con depredadores, narcisista y  explotadores, es decir, personas emocionalmente inadecuadas, adictos al trabajo, al alcohol u/o otro tipo de sustancias, promiscuos o aquellos que por diversas causas no pueden amarlas, es decir, sujetos que resultan inaccesibles emocionalmente. Además, rechazan a cualquiera que no les aporte ese “vértigo” que todo adicto necesita sentir, el chute de adrenalina diaria que necesitan para subsistir. La gente buena les resulta “aburrida”.
Al inicio de la relación, se produce un alto grado de excitación y euforia fruto de la ilusión desmedida. Sin embargo, los miedos al abandono pronto aparecen, haciendo que cada vez la persona se vuelva más sumisa con el fin de mantener el vínculo.
Algunas de las consecuencias que acarrean el mantenimiento de este tipo de vinculación son: a nivel físico: anemias, descalcificación ósea, aumento del cortisol, problemas digestivos, problemas dermatológicos como erupciones cutáneas y un largo etcétera; por otro lado, a nivel psicológico encontramos: cuadros ansiosos, depresivos, dificultades para conciliar el sueño y alteraciones alimentarias, aunque sin duda,  la esfera más repercutida es la autoestima y la integridad de la persona, siendo necesario un importante trabajo en este área.
 
Conclusiones:
Si te has sentido identificada/o con estos escritos quiero que recuerdes que:

--Todos en cualquier momento nos podemos ver envueltos en un tipo de relación así.
--Estar enamorado no es igual a sufrir. Esto debería ser una experiencia única y maravillosa que poder disfrutar.
--Eres una persona digna que merece ser tratado con respeto
_Nadie es más que tu ni debe hacerte sentir mal

-- Tú eres el responsable de poder cambiar todo esto y yo te aseguro que se puede. Sólo necesitas altas dosis de paciencia y fe en tu proceso de cambio =)

“A todos aquellos que ya sea con o sin sustancia, un día, vencieron sus dependencias”

 

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