Tras meses de parón, de reflexión
y de crecimiento personal retomo de nuevo Presbicia. Presbicia nació hace ya un
tiempo con cierta inseguridad y miedo, pero poco a poco, fue tomando forma
hasta ser, a día de hoy, parte de mi
definición.
Hoy me dispongo a hacer un post
un tanto diferente a las temáticas
que acostumbro a tratar. Este escrito está dedicado a todas aquellas personas
que de alguna forma creemos en la “magia”. Dicen, que los que creemos en ella, de
un modo u otro, acabamos encontrándola y mi experiencia me ha demostrado que
así es.
Hablaremos de cómo determinados
sucesos o personas aparecen en nuestras vidas, a veces casi “de repente”,
muchas, la mayoría de hecho, entran sin avisar y nos acompañan durante un cierto
tiempo, aportándonos parte de su esencia y ayudándonos a descubrir aspectos de
nosotros mismos que sin su ayuda nunca hubiéramos averiguado. Estas coincidencias
necesarias o “encuentros reveladores” como a mí me gusta llamar, trazan nuestro
propio mapa personal y nos impulsan al cambio, por más resistencias que uno
pueda tener. Tras su marcha, generalmente dolorosa, uno no vuelve a sentirse el
mismo y cuando transcurrido el tiempo, se echa la vista atrás, no podemos por
más que uno quiera, evitar sonreír.
Hablemos de
sincronicidades y su efecto revelador. ¿Me acompañas?
“La frontera entre el
mundo de los sueños y nuestra consciencia
tal vez resulte la sincronicidad”
¿Qué es la
sincronicidad?
El fenómeno de la sincronicidad
responde al hecho de dos sucesos sin relación entre sí que tienen lugar al
mismo tiempo y que adquieren sentido para uno. De ahí la impresión de magia.
Se trata de un azar singular cargado de sentido y sometido, en parte, a la
suerte. Son hechos simbólicos que nos conectan con nuestro psiquismo,
creando unos hilos invisibles que aportan significado únicamente al que lo
experimenta, para un observador externo sin conocer el contexto, carecería de
sentido.
A todos nos ha podido pasar, encontrarnos de repente por la calle a
alguien que no veíamos hace años pero que causalmente la noche anterior soñamos
con él; o abrir un libro y encontrar la
respuesta que estábamos buscando hace meses sin haberlo hecho con ese
propósito.
La acausalidad de los
sucesos es lo que crea parte de su efecto enigmático. Pese a ello ,aparece en el momento exacto y dándonos la
respuesta necesaria. La sincronicidad se manifiesta curiosamente en
momentos en los que nuestra psique está más receptiva a los
acontecimientos que pueden incidir en nuestro comportamiento.
El término se lo debemos al psicólogo
Carl Jung, padre de la sincronicidad, quien llegó
a la conclusión de que hay una íntima conexión entre el individuo y su entorno,
y que en determinados momentos ejercemos una atracción que acaba creando
circunstancias coincidentes, teniendo un valor específico para las personas que
la viven, un significado simbólico.
Tal vez responda a aspectos inconscientes
reprimidos que se vean forzados a salir a través de determinadas experiencias conscientes.
Sea como sea, lo cierto es que las personas que creemos en ello, lo hemos
experimentado.
Cómo favorecer que
esto ocurra
Es importante entender el efecto
revelador que puede tener sobre uno y saber extraer la lectura de ello. Para
favorecer una actitud adecuada a ello es necesario seguir unas pautas muy
básicas:
-- Lo primero que debemos hacer
es abandonar el escepticismo y
darnos el permiso de creer en ello. Pues quien no cree difícilmente le ocurrirá.
En segundo lugar, es importante mantener
una actitud receptiva, es importante
saber que nuestra atención crea la
intención. Nuestras intenciones ejercen una influencia sobre el acontecer y
el orden de probabilidades de las personas con las que nos relacionamos directa
e indirectamente. Y por último estar abiertos
al cambio, resistirse a ello es reprimir nuestro potencial.
¿Qué debemos aprender
de ella?
Siempre que vivamos una
sincronicidad es necesario analizarla a fondo porque seguro que contiene un
mensaje importante para nosotros. Por lo tanto, la sincronicidad se beneficia de nuestra actitud intuitiva y nuestra
atención. Cuanto más atentos estemos a lo que vivimos y cómo lo vivimos,
esas secuencias sincrónicas más se repetirán. Conviene estar pendientes
de en qué momento aparece y sobretodo que efecto tiene sobre nosotros y qué significación
le otorgamos.
Poner conciencia a los procesos
sincrónicos que nos ocurran es expandir nuestra visión de la experiencia, dotar
de un sentido a nuestra vida,
anticiparnos o poder prever y prevenir ciertos acontecimientos y en definitiva
vivir más en sintonía con nuestro entorno.
Si tienes alguna duda o consulta respeto este tema o
cualquier otro puedes escribirme a presbiciaemocional@gmail.com
“Por el placer de haber coincidido
contigo”
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